sábado, 3 de enero de 2015

La salud vale millones

Ahora todo es una patología, una enfermedad. Todo tiene un diagnóstico y una pastillita mágica para tratarlo. La menopausia. Esa mortal enfermedad que nuestras madres, abuelas, bisabuelas, tatarabuelas y todas las mujeres anteriores a nuestra generación han sufrido. Y sin morir. Sin mayores consecuencias que algunos cambios hormonales NATURALES. Bien, pues ahora, algún iluminado en algún laboratorio ha decidido que es una enfermedad, y como tal debe tratarse con medicación. Tome, sus pastillitas para que su cuerpo siga teniendo una dosis de hormonas que SU MISMO cuerpo ha decidido con la sabiduría que dan los millones de años de evolución que ya no necesitas. Igual es que una farmacéutica, que no tiene para nada afán de lucrarse con la salud de los seres humanos, es más inteligente que la señora madre naturaleza. Que podrá ser cruel en multitud de ocasiones, incluso totalmente carente de sentimientos, pero sabia es un rato. Y capacidad de sobrevivir, más que cualquier otra cosa en el mundo.


Síndrome de defícit de atención o niños hiperactivos. O lo que toda la vida nuestros abuelos han llamado "es que este crío es muy nervioso". Niños a los que le cuesta concentrarse. Niños que tienen una energía inmensa. Niños que realmente tienen problemas para estudiar, atender a sus
padres/profesores o mantenerse en una misma tarea por más de veinte minutos. Pues parece ser que estos niños que han existido toda la vida, ahora son niños enfermos, y como tal, hay que medicarlos. Solo he conocido un niño realmente hiperactivo en mi vida. Solo uno y salí escaldada para el resto de mi existencia. Y no tiene ni un ápice de comparación con el resto que he conocido que se han apuntado, más bien los padres son los que los apuntan, al club de los TDA. Y se cura con una pastillita. Magia, oigan. Magia es lo que han conseguido con los números las farmacéuticas que las comercializan. Porque, claro, no es una pastilla y te olvidas, es una medicina que debes tomar periódicamente y, obviamente, pagar por ella.

La calvicie. Sí, sí, quedarte calvo es una enfermedad. Algo que debería considerarse propio de la edad, de envejecer, de sumar otra etapa en la vida, es una enfermedad, o, al menos, nos "recetan" control médico para ella. De hecho, se trata con un medicamento llamado finasterida (que también se usaba para la dificultad para orinar...).

Síndrome posvacacional. Quizás ahora con la crisis escuchamos esto menos, pero recuerdo que hace unos pocos atrás se escuchaba cada septiembre y enero. Y que se escuchara no era lo peor, lo peor era que la gente se creía realmente esto y acudían al médico. Acudían al médico con lo que mi madre llama "uy, qué pocas ganas de volver a la rutina". Y lo más brillante de todo este espectáculo es que te recetaban algún anti depresivo suavito y volvías a casa flotando en una esponjosa nube de Prozac.

Disfunción sexual femenina. En 1999 la revista Jama publicó que era algo que afectaba al 43% de las mujeres... y más tarde se descubrió que, aparte de que el dato era exageradamente falso, dos de los tres autores del estudio eran del laboratorio Pfizer, que oye, curiosamente, eran los que estaban desarrollando un tratamiento para esa "enfermedad". De la masculina y de la viagra mejor ni hablamos.

Síndrome pre menstrual. Esta es para partirse de risa, o para llorar y no parar, según se mire. Hola, soy tu ovario, se te va a desprender un óvulo "caducado" y va a atravesarte medio organismo hasta llegar al exterior. Llamadme loca, pero creo que lo de que duela este procesillo es lo más natural del mundo.O miradlo así, vas a tener una explosión de hormonas en tu cuerpo, lo RARO es que no te duela algo o te entren ganas de matar por el camino. O de llorar. O de comer chocolate. Lo raro es que no suceda algo en casos así. Pues parece ser que no, que las grandes empresas de la salud creen que tenemos una enfermedad todas las mujeres y que dura unos treinta años y solo se manifiesta una semana cada mes. Y, por supuesto, tienen su respectiva pastilla para tratarla. Por un módico precio.

Timidez. Para mí, esta es la mejor con diferencia. Ahora no se llama timidez, ahora es "ansiedad social" y se trata con paroxetina. Se "informó a la población" de que podía estar sufriendo esta enfermedad mediante publicidad. Con 90 millones de dólares en publicidad, concretamente. ¿Que quién pagó esa barbaridad? GSK, la firma que casualmente también comercializa el fármaco. Ay, si mi madre hubiera sabido que tenía una niña enferma de gravedad en casa, quizás me hubiera dado un par de jarabes y yo habría sido el alma de la fiesta en el cole.

¿Y os extrañáis? Hasta 1973, la Asociación de USA de Psiquiatría consideraba la homosexualidad una enfermedad. Curable.

El que te vende el antídoto es el que creó y propagó el veneno. Ese es el negocio más rápido y fácil de hacer.

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