sábado, 28 de febrero de 2015

Yo me siento andaluz porque...

He crecido escuchando que no sé hablar. Que no sé vocalizar. Que me como letras. Que no se me entiende. Como si el laísmo y el leísmo fuera un problema andaluz y no castellano/madrileño. Porque parece que es más grave decir "voy a mi caza" (casa) que "la regalé", que pobre de la chica a la que regalaste al primer desconocido. Como si un gallego cerrado sí se entendiera en comparación con un andaluz cerrado, cuando ninguno de los dos, hablando en español, son fáciles de entender. Que nos comemos letras como si el catalán, como idioma, no lo hiciera en tres de cada cuatro palabras españolas. Que debemos erradicar nuestro acento a la hora de salir en la televisión, pero que si sale un canario, un catalán o un valenciano no hay problema. Que está permitido cambiar las D finales por Z si eres de Madrid, pero no cecees, que es pecado mortal.

He crecido escuchando que soy vaga. Que no me gusta trabajar. Que prefiero pasar el día echada al sol. Como si los alemanes, esos incansables trabajadores, no llegaran en tropel a nuestras playas con esa misma idea. Como si los que os sirven las copas cuando llegáis de vacaciones fueran de Bilbao, y no trabajadores andaluces. Como si el aceite de oliva que consumís no hubiera sido trabajado en Jaén. Como si todos los productos del campo andaluz se criaran solos y no hubiera gente partiéndose el lomo. Como si no fueran andaluces los miles de trabajadores de los que Cataluña se ha nutrido por la emigración.

He crecido escuchando que me echo siestas después de comer que llegan hasta la cena. Como si la siesta más que deporte nacional fuera exclusiva de Andalucía. Como si gente de Salamanca no se levantara mirando el calendario en vez del reloj. Como si los de Burgos tuvieran prohibido echarse en el sofá en los días de frío.

He crecido escuchando que solo me interesa la fiesta. Que tengo más vacaciones que nadie. Que me paso el día con el vestido de flamenca bailando en la plaza. O gastándome los cuartos en un bar. De hecho, hace pocas semanas, un conocido gallego me soltó un "no compares Andalucía con Galicia porque tenéis más fiestas que cualquier otra comunidad". Claro, y más analfabetismo, pero en esta ocasión acabas de romper dos tópicos a la vez, has dejado patente tu ignorancia al no saber que POR LEY todas las comunidades autónomas de España tienen EXACTAMENTE los mismos días festivos. Otro tema es que lo celebramos con más ruido. Nuestros festivos se celebran a lo grande y los vuestros pasan sin pena ni gloria, vale, pero no implica que tengamos más. Todos encontrarían su vida mucho más interesante si dejaran de compararla con la de los demás.

He crecido escuchando que como alimentos que no existen. Que la chirimoya no existe. Que un sombra y un pitufo nunca pueden constituir un desayuno. Que el gazpacho fresquito en verano son términos contradictorios.

He crecido escuchando que tengo tradiciones de imbéciles. Que sacar a la Virgen a hombros es de cavernícolas. Que venerar a un Cautivo es propio de la Edad Media. Como si lanzar un pavo de un campanario fuera más civilizado. Como si quemar unas estatuas de madera y tirar petardos tuviera más sentido. Como si correr delante de unos toros fuera de gente muy lista. No. Los poco civilizados somos los del sur. Unas tradiciones sí valen, otras no. Y que conste que no todas las tradiciones movilizan a todos los ciudadanos del lugar, y para ejemplo, un botón, no me veréis compartiendo lágrimas por la no salida de un trono ni por las calles del centro esos días.

He crecido escuchando que soy una inculta. Que mi tierra es de pobreza lingüistica y cultural. Que anda carente de ideas. Federico García Lorca, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, Cánovas, los Machado, Velázquez, Murillo, Alberti, Picasso, Jorgue Manrique, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Vicente Aleixandre, Bécquer, Cernuda...

He crecido escuchando que vivo de las limosnas del resto de españoles. Que vivo en una comunidad que sobrevive por la bondad del resto, porque nos ayudan con sus impuestos, porque nos subvencionan las fiestas. Como si el País Vasco y Navarra no tuvieran sus ventajas forales. Como si otras Comunidades Autónomas no hubieran recibido nunca ningún tipo de beneficio. Ni una ayudita para que una empresa se emplazara en Barcelona y no en otro sitio. Ni colocar un parque temático en tal ciudad y no en aquella. No. He crecido escuchando que solo Andalucía necesita una mano amiga.

He crecido escuchando que me río de todo. Que tengo acento de chistes. Dicen que me burlo de todo y me río de todo, porque me burlo de ellos y me río de ellos, y ellos creen ser todo. Nos acusan de reír como si nos acusaran de algún mal terrible. Como si descartáramos bebés al estilo espartano. Como si tuviéramos que pasar la vida entre lágrimas y todo lo que no sea llorar fuera un pecado grave que atenta contra la salud del resto de habitantes del país. Como si reír implicara no conocer la realidad, que es para llorar sangre. Como si el humor y la curiosidad no fueran la más pura forma de inteligencia. Como si no fuéramos nosotros mismos nuestro blanco más común de bromas.

He crecido viendo como nos tachan de payasos. De sirvientes. De analfabetos. He crecido escuchando palos hacia mi tierra. Se hablara de lo que se hablara. Si hablaba el señor Artur Mas de la lengua catalana, caían palos por nuestra forma de hablar. Si hablaba el señor Camps de la corrupción en Valencia, caían palos porque los andaluces recibimos el PER (supongo que creerán que TODOS recibimos el PER cuando la realidad es que ni lo recibo, ni conozco a nadie que lo haga). Si hablaba Fraga del paro en Galicia, lo suyo era porque tenían una historia muy dura, pero mirad Andalucía que está así porque son unos vagos. Y esto va calando en la opinión pública hasta convertir la opinión pública en la peor de las opiniones.

Nuestro tiempo es limitado, de modo que dejemos de malgastarlo viviendo la vida como nos dicen que debemos vivirla. Viviendo la vida de alguien distinto. No debemos quedar atrapados en los comentarios que hemos escuchado desde siempre, en los comentarios de otros sobre cómo deberíamos vivir. Sin dejar que los ruidos de las opiniones de los demás acallen nuestra propia voz.

Vivo en el Olimpo que soñaron los dioses. Vivo en el puerto que soñaron los fenicios. En la tierra prometida. Así que felicidades a todos los que tenéis la misma suerte que yo. Feliz Día de Andalucía. Fortuna non ómnibus aeque. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

Sé el héroe

No todos los héroes llevan trajes ajustados de cuero ni máscaras para ocultar su identidad. No todos los héroes pueden volar, o escalar paredes o correr a la velocidad de la luz. Y no todos los héroes se enfrentan a villanos venidos de otros mundos, sino que se enfrentan a malvados de nuestra propia naturaleza.

Cada día, decenas de personas necesitan una transfusión de sangre en nuestro país. La sangre, a pesar de todos los avances de la medicina, sigue sin poder fabricarse, así que la donación sigue siendo la única forma de obtenerla. Y todos tenemos y necesitamos sangre, así que todos somos potenciales donantes y potenciales receptores. Si los motivos de solidaridad con el prójimo no te conmueven, si pensar que con cada donación puedes ayudar a tres personas distintas, si pensar que se eliminan cantidades de hierro que "sobran" en el organismo mejorando así el aparato circulatorio... si nada de esto te convence, al menos hazlo por un "quid pro quo". Al menos hazlo porque mañana puedes ser tú el que necesite que alguien te eche un cable, o una vena. O tu madre. O tu hijo. O tu hermano.

Se usa la sangre para muchas cosas, para los tratamientos de cáncer, para las cirugías, para los trasplantes de órganos... Pero si te crees todavía tan especial como para pensar que eso jamás lo vas a necesitar, piensa en los accidentes de tráfico. Hay uno cada pocos minutos. De hecho, en el mundo alguien muere por accidente de tráfico cada 25 segundos. Por pura estadística, por pura probabilidad, te puede tocar a ti o a alguien querido. Todos los días veo gente imprudente al volante, todos los días me cruzo con alguien que va usando el móvil y no mira la carretera, todos los días en la ruleta te puede tocar a ti cruzarte con esa persona.

No hace falta descolgarse del Empire State colgado de un hilo de telaraña, sortear tres autobuses, aterrizar en un furgón blindado y sacar a los atracadores por la puerta recién arrancada del conductor para ser un héroe. No hace falta usar tu fuerza sobrehumana para evitar el derrumbe de una presa que está a punto de colapsar e inundar una población pequeña llena de buenas gentes de campo y sus animales para ser un héroe. No hace falta ser un multimillonario huérfano con una empresa pionera en el campo de la armas y la investigación que sale por las noches en su coche tuneado y salva a gente a punto de ser atracada en callejones oscuros para ser un héroe. No hace falta tener entrenamiento paramilitar y colarte en una de las bases de una organización secreta arrasando con lo que encuentres para salvar a alguien para ser un héroe. Es mucho más sencillo que eso. Basta con dedicar media hora de tu vida 3 veces al año a tumbarte en una camilla y esperar a que te saquen 450 ml. de sangre aproximadamente. ¿Los requisitos? Ni máscaras, ni trajes entallados, ni poderes provenientes de arañas radioactivas. Solo tener entre 18 y 65 años y pesar más de 50 kilos.

Sencillo, rápido y prácticamente indoloro.

PD: Se me olvidaba una razón decisiva. Te dan refrescos, zumos y bollería.

lunes, 23 de febrero de 2015

Educar en libertad de pensamiento

Pitágoras decía: "educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres", y nosotros no somos nadie para llevarle la contraria a este gran sabio griego. En mi salón acabamos de tener un debate sobre lo beneficioso que podría ser para el futuro de la humanidad lanzar una bomba sobre un grupo de gente que estaba haciendo algo totalmente absurdo y cruel, al menos desde nuestro punto de vista. Creo que eran unos fanáticos religiosos del Islam apaleando a varias personas que no me he enterado muy bien qué habían hecho (no sé si es que solo eran católicos o que habían negado al Estado Islámico o algo así). Pero, de todas formas, da igual, poned el telediario (cualquiera, a cualquier hora, cualquier día) y encontraréis al menos tres noticias en las que vuestra reacción será parecida a la de mi hermano: "una bomba ahí, en medio de todos, y BUM, se acabó el problema". Y, OJO, que yo soy la primera que muchas veces suelto barbaridades así o del estilo "al violador lo dejaba yo en manos de familia de la víctima, sin policías protegiendo, a ver cuántos segundos aguanta", y que, en algunos casos, justifico la violencia.

Sin embargo, aunque no niego la necesidad actual de castigar los actos "malos" ya cometidos, me parece mucho más provechoso trabajar en la dirección de evitarlos. Es decir, si evitamos que sucedan, no habrá necesidad de castigar y perpetuar así la sed de violencia y/o justicia. Lo que viene a ser que si no bebes habrá menos posibilidades de estrellarte con el coche. O que si aprendes a andar antes de echar a correr, habrá menos posibilidades de partirte los piños con el suelo. Y aquí entra en juego la educación. No solo la educación del cole, que me parece importantísima, ojo, aquel que olvida su historia está condenado a repetirla, y si no aprendemos a leer (A LEER, no a juntar palabras y formar sonidos) nos engañarán como bobos una y otra vez, sino también la educación en valores, la educación en aprender a pensar.

A todos nos parece ilógico, cruel, pura barbarie, cavernícola... que un grupo apalee a dos o tres hasta la muerte por el simple hecho de ser de otra religión. Vale, quizás no a todos... voy a dejarlo en una gran mayoría de mis conocidos. Pero el número disminuye bastante si el apaleamiento se produce a un violador de niños en serie. O un asesino de ancianas. En estos casos, a más de uno (y me incluyo) se le viene a la cabeza el pensamiento de "se lo tiene merecido", aunque a la hora de la verdad no fuéramos capaces. En sus valores, ser de otra religión es tan merecedor de paliza como violar niños. Y en España no nos deberíamos echar las manos a la cabeza con esto porque precisamente el amigo Torquemada era español y tenía unas miras bastante estrechas con lo de practicar el judaísmo. Con esto no estoy defendiendo lo que hacen, jamás, solo estoy intentando que se entienda que en sus valores, en su educación, es LO LÓGICO.

Hace unos años, lo lógico era pensar que la Tierra era plana. Hace unos años, lo lógico era pensar que lo que se movía era el sol alrededor de la Tierra. Ostras y esta última es que los entiendo, tú mira por tu ventana a lo largo de un día y dime que el sol no se mueve. No, en serio, olvidando toda tu educación, ten huevos de decirme que el sol no se mueve. Es una certeza animal, básica, previa a todo razonamiento. Y aquí está la clave, previa a todo razonamiento, a toda educación. Incluso, hoy en día, hay muchas sombras en la educación humana. Por ejemplo, preguntad a vuestros conocidos si el sol se mueve. Me juego un café a que la mayoría os dirán que NO. Y, queridos, el sol se mueve. No alrededor de la Tierra, pero se mueve. (He de confesar que descubrí esto hace relativamente poco, soy muy ignorante astronómicamente hablando, tras muchos meses preguntándomelo a mí misma. Sí, tengo preguntas así en mi cabeza a diario y antes de recurrir a San Google le doy mil quinientas vueltas intentando descubrir la respuesta).

La educación es la clave. La clave para evitar barbaridades como quemar vivo a alguien por ser de otra religión. La clave para evitar pensar que somos el centro del universo. La clave para pensar por nosotros mismos y entender, o intentarlo, a los que piensan diferente. La clave para no pensar que alguien es inferior por tener un color de piel diferente. La clave para que niños no crezcan pensando que una mujer que conduce un coche es una mujer que provoca la violación (como dijo un imán hace poco), y quien dice conducir un coche dice llevar una falda muy corta. La clave para que mutilar genitalmente a niñas nos parezca irracional y repulsivo. La clave para que nos comportemos como los supuestos seres racionales que somos. La clave para ser libres, para seguir nuestro propio camino.

Eduquemos en pensar, por favor.

viernes, 20 de febrero de 2015

Efecto Podemos

En menudo berenjenal me voy a meter yo sola, pero qué le voy a hacer si me gustan los follones. Podemos, por una cosa o por otra, está en los telediarios todos los días (TODOS LOS CANSINOS DÍAS, al igual que PPSOE, no empecemos con favoritismos) y es imposible que alguien en España ahora mismo no los conozca. 

Reconozco que en sus inicios, en sus primeros pasitos, me llamó la atención sobremanera y llegué incluso a preguntar por el círculo podemita de mi barrio (y tengo que reconocer que uno de sus miembros fue quien me aconsejó que me viera los miles de vídeos que hay circulando por internet del Iglesias cuando le dije que tenía curiosidad por ellos, también me invitó a participar en sus debates, pero para cuando yo había visto algunos discursos y entrevistas se me habían quitado la mitad de las ganas de Podemos), sin embargo, a estas alturas del cuento, tengo claro que no son "los míos". Y, OJO, que no significa que esté de acuerdo con el acoso y derribo que en más de una ocasión y de dos sufre por parte de los que mandan.

Se llevan el triple de críticas que cualquiera de PPSOE por hacer la mitad que ellos. Eso es así. O sea, que salga Soraya Saéz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno con más corruptos por kilómetro cuadrado del mundo, a decir que "si todo el mundo hiciera como Monedero, a ver cómo pagamos la sanidad y la educación"... No sé si reír, llorar, preguntar por a qué sanidad y educación se refiere o por si se ha olvidado de Bárcenas, Camps y compañía... O que venga el sonrisitas de Pedro Sánchez a hablar de partidos contundentes con la corrupción cuando mantienen a Griñán y Manuel Chaves (Manolo I, para los andaluces) a pesar de estar imputados por el caso de los ERE y de haber dicho en varias ocasiones que no tendrían a nadie imputado en sus listas. Y, ojo, que eso no quita que lo de Monedero estuviera bien. No era dinero público, así que no puede comparar a los casos de los dos grandes partidos, y no era ilegal, y esto es algo que a algunos les puede joder y hacer hervir la sangre a muchos, pero es lo que hay, SIN EMBARGO no quita que lo de Monedero esté feo, feo, feo. No puedes hacer bandera con la ética y la moral a la hora de pagar impuestos y luego tomar el callejón de atrás. Los principios no son verdaderos principios hasta que te cuestan algo, y aquí en el momento en que ha podido evitar que le costara algo más... 

Personalmente, hay cosas de Podemos que no me gustan nada, otras que no sé muy bien cómo encajar, y otras con las que coincido al 110%. Ningún partido político es perfecto (perfecto, perfecto, ¿qué mierdas hay perfecto? Enséñame algo perfecto y yo te enseñaré sus fallos) y mucho menos pueden serlo sus votantes/seguidores/afiliados/simpatizantes... Y, en este punto, es donde Podemos me toca la moral, aunque sería más correcto decir que son los podemitas. Aquellos que siguen al líder sin conocer el concepto de auto crítica.

Podemos ha llegado cual tsunami. Ha arrasado en encuestas. Ha movido a gente del sofá que llevaba años como atrezzo sobre él. Ha movilizado, a favor generalmente, a personas que decían "la política me aburre". Y, oye, olé por ellos. El problema viene cuando esta gente no se cuestiona nada. Cuando no se cuestiona si está siguiendo algo lógico o solo es un afán de venganza contra unos enemigos comunes ("la casta"). Cuando no se intenta ver un poco más allá y no quedarse con la lectura superficial, ver si sus ideologías económicas son viables, o seguras, o simplemente si de verdad comulgan con ellas. Preguntarse cuáles son para ellos mismos los puntos más vitales en su conciencia y que bajo ningún concepto dejarían que un partido político opinara lo contrario. Por ejemplo, si estoy totalmente en contra del maltrato animal y ahora Podemos dice que las corridas de toros son sagradas, ¿estoy dispuesto a dejar correr ese punto porque el resto me convence? ¿O por el contrario ese es uno de mis pilares y debería buscarme otro espectro político en el que moverme?

No hay nada más terrible que la ignorancia en acción. Creer en algo sobre la base de pruebas insuficientes es un error, siempre, en todas partes, trátese del partido que se trate. Hablo de Podemos porque es el que más ha movilizado en ese sentido, pero también están los votantes "por tradición" del resto de partidos. La gente que cree en absurdos cometerá atrocidades (y para ejemplos, las religiones...).

Por lo que más queráis, podemitas, fachas, socialistas, rojos, nazis, antifas, democráticos, liberales... Os consideréis como os consideréis, pensad. PENSAD. PREGUNTAD. Usad la cabecita que tenéis encima de los hombros para algo más que para sujetar la gorra. Si después de cuestionaros las cosas, queréis uniros a las falanges, hacedlo al menos sabiendo que lo hacéis DE VERDAD y no porque os han convencido con palabras vacías y promesas vacuas. De diez cabezas, nueve embisten y una piensa.

martes, 17 de febrero de 2015

Al fondo del mar

No damos un solo paso que no conduzca al abismo.

Probablemente, a estas alturas, todos seamos conscientes de la importancia del agua en nuestro planeta. Es el elemento principal. En ausencia de agua no conocemos ninguna forma de vida. Cubren el 72% de la superficie del planeta. Compone entre el 65% y el 75% de nuestro cuerpo. Y, si todos estamos de acuerdo en estos puntos, ¿por qué nos empeñamos en arrasar con ello?



Usamos el mar como vertedero final de nuestra basura. No solo con las aguas residuales, sino que también arrojamos la basura cotidiana y, tócate los huevos, los residuos radiactivos. Tanques sépticos, coches, camiones, accidentes marítimos con hidrocarburos, contaminación atmosférica, plutonio, cesio, mercurio, ocho (al menos) reactores nucleares completos (incluyendo todo el combustible), y, como no, 270.000 toneladas de plástico. Entre otras cosas.

Y todos nos hemos encontrado latas, botellas, compresas, tiritas, condones, cigarrillos... en un día cualquiera de playa. Y sí, al ser una extensión tan gigantesca de agua puede "diluir" cierta cantidad de lo que absorbe, pero superamos y con creces esa cantidad. Hemos llevado esa capacidad al colapso. Esta basura es ingerida por los pequeños organismos marinos, estos, a su vez, por los peces que los seres humanos comemos. Y no es ya lo que comamos o dejamos de comer, es que los mamíferos marinos, peces y aves que confunden esta basura con comida acaban envenenados, o atrapados en las redes abandonadas. "No será para tanto".

¿Habéis oído hablar de la Isla de basura? (Sopa de plástico, sopa de basura, tiene mil nombres distintos). Es una zona del Pacífico cubierta por completo por desechos. Con un tamaño de casi ná. 1.400.000 km2... ¿Sabéis cuanto mide España? 504.645 km2. ¿Recordáis la escena de La Sirenita en la que se ven sus "tesoros" bajo el mar en la que todo adulto piensa que Ariel tiene el Síndrome de Diógenes? Pues igual la escena no es tan graciosa si la piensas fríamente...

miércoles, 11 de febrero de 2015

Más sombras que porno

Hoy voy a hablar para todas esas chicas, y mujeres, encantadas con el estreno de 50 Sombras de Grey. Sí, a todas esas mujeres que se definen como independientes, fuertes, y feministas y que ningún tío tiene derecho sobre ellas. Pero mojan bragas con el señor Grey. Y, a ver, que el actor que han puesto para interpretarlo tiene su puntazo, y lo digo yo que lo llevo viendo desde que era un vulgar cazador en Once Upon A Time. Sin embargo, hay más motivos para huir del señor Grey que para buscarlo. Quiero pensar que la mayoría de las chicas no son conscientes de lo dañina que es la relación de este tipejo, así que me voy a auto otorgar el deber de abriros los ojos. De hecho, quiero pensar que ni siquiera la autora se ha dado cuenta del ser maligno que ha creado y de lo perjudicial que puede llegar a ser en el consciente colectivo de las mujeres, del flaco favor que le ha hecho al feminismo. Es un lobo disfrazado de dulce ovejita.

El libro, e imagino que en consecuencia la película, está plagado de comportamientos machistas y de hechos que, aunque en un principio pueden pasar desapercibidos, son micromachismos. Voy a tirar de memoria, así que me vais a perdonar si cometo algún error, pero leí el libro hace ya bastante y dado que me estaba pareciendo muy, muy malo, tampoco es que le prestara una atención completa.

Me voy a ahorrar la parte en la que el señor Grey acosa a la señorita Steele en el trabajo, en el supermercado y en todas partes. Vale, sí, es bonito que vayan a verte al trabajo, pero una cosa es ir a verte y otra acosarte cuando apenas te conocen o tú no has dado tu consentimiento para las visitas, o, espera, usar el móvil para localizarla. Estoy pensando si ahorrarme también laS parteS en las que él se enfada cada vez que algún amigo varón se acerca a ella aunque solo sea para hablar. Ella se plantea qué hace mal cada vez que ocurre esto (más a menudo de lo que se puede considerar sano) y llega un punto en el que no le cuenta cuando sale o simplemente habla con sus amigos por miedo a su reacción. Chicas, ¿de verdad queréis un tío así en vuestras vidas? ¿Que os haga sentir como unas enviadas del infierno cada vez que contestáis a la llamada de algún amigo? ¿Que os haga sentir culpables cada vez que se auto enfade?

Recuerdo que con el libro recién empezado, en la primera cita, él la insta a hablarle siempre de usted, mientras que él la llama por su nombre tan normal. Esto parece una tontería, pero es que el libro suma muchas tonterías... Antes de empezar a salir, usa en varias ocasiones el "si fueras mía..." seguido de un "no te atreverías a hacer tal cosa". Ea, y lo leéis y os quedáis tan anchas. NO ES SEXY. No es seguridad. A mí eso me suena a amenaza y si alguna vez alguien me lo suelta se me encienden las alarmas dejándome solo dos opciones posibles, dar media vuelta y salir por donde he venido o cruzarle la cara y dar media vuelta y salir por donde he venido. No hay más.

La cosa no acaba aquí, aparte de las amenazas de "no harías tal cosa" y blablabla hay amenazas a daño físico muy explícitas. Y NO, no por el rollo BDSM. No recuerdo exactamente en qué parte del libro le dice, como quien no quiere la cosa, que la noche anterior le habría pegado no por el rollito raro que se trae, sino porque estaba enfadado porque había hablado por teléfono con un tío o porque había dicho que iba a casa de la madre, no lo recuerdo exactamente, pero vamos... Si esto ya no te hace correr, hija mía, eres imbécil profunda. ¿Qué señales quieres? ¿Un cartel iluminado con neones? ¿Que te lo diga cantando con una actuación y una coreografía preparada?

¿Más razones para salir huyendo? La aleja, sin ningún pudor, de amistades y familia. Cada vez que ella le pide espacio, porque obviamente le han saltado las alarmas internas, él se pasa por el forro de la chaqueta su petición y se dedica a acribillarla con correos, llamadas, o, directamente, se planta en la puerta de su casa. ¿HOLA? ¿Seguís queriendo un señor Grey en vuestras vidas?

Recuerdo una escena especialmente. Están cenando con los padres de él y él quiere meterle mano durante la cena. Ella se niega. En ese momento además él se entera que estuvo con un amigo unos días atrás tomando una copa (oh pecado mortal) y se enfada, lo que se une a un cabreo anterior porque ella va a pasar unos días con su madre. OJO, basta con analizar esta situación para darse cuenta que el señor Grey es un gilipollas integral, nada de un tío sexy y seguro. Pues se la lleva aparte para echarle un polvo pero bajo las condiciones de "es exclusivamente para mi disfrute, no para ti, quiero que te frustres porque así es como yo me siento ahora" (o algo así).

A ver, ¡que le busca hasta una ginecóloga!

Después de verlo con este prisma, ¿alguna quiere todavía al señor Grey en su vida? Por favor, no me respondáis nunca, porque tengo a vuestras respuestas tanto miedo que prefiero la duda a la certeza. 

lunes, 9 de febrero de 2015

Patadas al balón

"No entiendo cómo puede gustarte ver a veintidós tíos correr y darle patadas a un balón". Si me hubieran dado un euro por cada vez que he escuchado esta frase, probablemente ya me habría comprado algún club. Hay mucha gente que cree que el fútbol es para tontos. Para borregos. Para seres que no saben hacer la o con un canuto. Y, ojo, que los hay con encefalograma plano. Pero no más que en cualquier otro deporte (bueno, quizás en ajedrez...). Sin embargo, aquellos a los que no les gusta el fútbol se creen con una superioridad intelectual sobre los que sí.

Te observan sufrir/disfrutar de los partidos desde su alzada torre intelectual a la vez que menean la cabeza y murmuran lo muy catetos que somos. Probablemente son aquellos que jamás han intentado jugar. Y si lo han intentado no lo han hecho con mucho acierto. Me explico.

Entiendo que critiques el fútbolshow. A los Manolos de Cuatro y su hora sobre el peinado de Ronaldo y los vómitos de Messi. La corrupción de la LFP, UEFA, FIFA y todas las siglas que se os ocurran. La INMENSA deuda de los clubes con las arcas públicas. Las cifras astronómicas que se mueven. El forofismo insensato que olvida que es un deporte y se dedica a pelearse con otras personas solo porque llevan una camiseta de otro color. Pero, ¿que critiques el deporte como tal? Si lo defines como "darle patadas a un balón" es que no entiendes nada de fútbol. Puede gustarte o no, pero no lo intentes calificar de simple para rebajarlo. A mí, personalmente, no me gusta el baloncesto, y no porque no haya intentado verlo una y otra vez, incluso en la cancha, pero no por ello lo califico como "meter la pelotita en el arito". El baloncesto conlleva mucho esfuerzo físico (y si eres bajito, como yo, ni te cuento...), mucha estrategia, mucha táctica. Como muchos otros deportes, incluyendo el fútbol.

Lo irónico de todo esto, es que la gente con la que me suelo cruzar que critica el fútbol desde su 140 de cociente intelectual, es aquella que ve Gran Hermano, Mujeres, Hombres y Viceversa, La Isla de nosequién, Sálvame y demás programación einsteiana. Criticas un deporte, mientras ves como gente sin materia gris critica a gente con menos materia gris por dinero. Coherencia. "¿Y ese quién es? El hijo de la prima de la compañera de celda de la Pantoja que dice que se ha acostado con la sobrina nieta del marido de la que se divorció de Raúl el que salió de GH el año aquel que una rubia se puso a gritar cuando vio una vaca". Ah...

No te gusta, o no quieres verlo porque aunque te gustara jamás lo admitirías, muy bien. No lo veas. Omite el comentario. Ponte Salsa Rosa (¿existe y me suena o me lo estoy inventando? Duda seria) y mata tu aburrimiento con ello. Pero, macho, deja de intentar hacer creer al mundo que no lo ves porque eres demasiado inteligente para encontrar el gusto en tíos corriendo detrás de un balón. Vive y deja vivir. No quites méritos a quien sabe jugar. Confesar el mérito de otro es probar que uno lo tiene. Negarlo injustamente solo prueba que no pudiendo uno alcanzarlo, lucha por poner a todo el mundo a su bajo nivel.

Tampoco vayamos al otro extremo. Al extremo de matar a una persona por llevar la camiseta del color del equipo contrario. De quedar antes del partido para pegarte porque sí. De negarte a tener amigos de otros equipos. De dejar que un DEPORTE esté por encima de la vida de una persona. No hagamos del deporte una religión en la que tu dios imaginario te dice que mates por él. Porque, en ese caso, ni tu dios ni tus colores merecen la pena.

Compite, ponle todas las ganas que tengas. Por supuesto. Pero, sin olvidar lo fundamental. Ninguna camiseta, ninguna bandera, ningún color merece la sangre de una persona. De ninguna.

viernes, 6 de febrero de 2015

Solo son niñas

Hace un par de días medio mundo se echaba las manos a la cabeza porque el grupo yihadista Estado Islámico quemaba vivo a un prisionero, un piloto jordano de apenas 26 años. Y es normal que nos escandalicemos con estas cosas. ¿Cómo, en la época que vivimos, todavía se llevan a cabo estas cosas? Ahora es cuando llega el listillo de turno y empieza que si la religión, que si Alá... No me tiréis de la lengua con la religión que si hablamos de Torquemada y la Inquisición Española los cristianos ganan por goleada. Bueno, a lo que iba.

Hoy, seis de febrero de 2015, se siguen haciendo SALVAJADAS. Y hoy no voy a hablar de la salvajada de torturar a un animal con lanzas, fuego y demás hasta la muerte (que también podría). Hoy voy a hablar de lo que para muchos es todavía peor. Lo de torturar un ser humano a otro. Lo que alguien que, en teoría, debería ser igual, le hace a otra persona por razones ya sean culturales o religiosas. La OMS lo llama Mutilación Genital Femenina. La extirpación total o parcial de los genitales externos de las niñas. Y no es algo que solo afecte a "los cuatro chalados de por ahí". Unos 140 millones de niñas y mujeres sufren EN LA ACTUALIDAD estas consecuencias. La mayoría de casos se concentra en África, Oriente Próximo y Asia, pero no por ello debería dejar de ser importante para los europeos. De hecho, en Estados Unidos se hacía hasta 1950 y en Inglaterra Isaac Baker Brown publicó un libro en el que alababa lo eficaz que eran estas medidas para evitar la masturbación femenina. Y el soplagaitas de Sigmund Freud declara en uno de sus libros que "la eliminación de la sexualidad clitoriana es una precondición necesaria para el desarrollo de la feminidad". Conozco unas cuantas damas a las que les gustaría tener unas palabras con Freud y su sexualidad.

Hay tres tipos de MGF. La más leve elimina el prepucio que cubre el clítoris de las mujeres y se acompaña de la extirpación de este. La segunda elimina el clítoris y los labios menores. Y la tercera elimina el clítoris, los labios menos y los mayores y, además cose con hilo ambos lados de la vulva hasta su cicatrización. Sea cual sea el tipo, las consecuencias son similares y evidentes para todas. Desde infecciones, quistes, hemorragias, tétanos, sepsis, llagas abiertas, lesiones de los tejidos vecinos, la esterilidad, el aumento de riesgos de complicaciones en el parto... por no hablar del DOLOR y de las veces en las que esa tortura acaba en muerte. Sin mencionar el trauma de por vida. Hay lugares del mundo en los que no haber nacido nunca puede ser el mayor de los favores.

¿Por qué? Para alejarnos a las mujeres del libertinaje y la inmoralidad, dicen. Dicen que reduce la libido y elimina cualquier tentación de adulterio (¿quién lo iba a imaginar?). Pero yo creo que la razón es más sencilla. Porque lo permitimos. Si hubiera un grupo terrorista que se dedicara a cortar penes a tres millones de hombres cada año, la cosa cambiaría. Pero claro, están en ese lugar del mundo que solo interesa cuando capturan a alguien de otro lugar, o cuando se descubre que tiene petróleo bajo la choza o diamantes en el parque de atrás. Solo son tres millones de niñas cada año mutiladas hasta el punto de limitarles el mundo o la muerte. Solo son tres millones de niñas cada año que sufrirán más ese día que cualquiera de nosotros en toda nuestra vida. Solo son tres millones de niñas que no le importan a nadie porque no son rubias y viven en Los Ángeles. Solo son tres millones de niñas. Y es eso, que solo son niñas. ¿Cuántas niñas más son necesarias para darnos cuentas de que ya han sido demasiadas?


"Sientan a la niña desnuda, en un taburete bajo, inmovilizada al menos por tres mujeres. Una de ellas le rodea fuertemente el pecho con los brazos; las otras dos la obligan a mantener los muslos separados, para que la vulva quede completamente expuesta. Entonces, la anciana toma la navaja de afeitar y extirpa el clítoris. A continuación viene la infibulación: la anciana practica un corte a lo largo del labio menor y luego elimina, raspando, la carne del interior del labio mayor. La operación se repite al otro lado de la vulva. La niña grita y se retuerce de dolor, pero siguen sujetándola. La anciana enjuga la sangre de la herida y la madre, así como las otras mujeres, "verifica" su trabajo, algunas veces introduciendo los dedos. La cantidad de carne raspada de los labios mayores depende de la habilidad "técnica" de quien opera. La abertura que queda para la orina y el flujo menstrual es minúscula.
Luego, la anciana aplica una pasta y asegura la unión de los labios mayores mediante espinas de acacia, que perforan el labio y se clavan en el otro. Coloca tres o cuatro a lo largo de la vulva. Estas espigas se fijan con hilo de coser o crin de caballo.
Pero todo esto no basta para asegurar la soldadura de los labios; por eso, a la niña la atan desde la pelvis hasta los pies. Le inmovilizan las piernas con tiras de tela."

lunes, 2 de febrero de 2015

Deportistas de salón

La mayoría de los seres humanos tenemos tendencia a criticar a aquellos que hacen lo que nosotros mismos no nos atrevemos a hacer. A veces, abiertamente, otras veces de manera más encubierta con comentarios: "Qué tío más rarito". Hay quien no, por supuesto, pero la inmensa mayoría hemos sufrido en algún momento de nuestras vidas la caída en la tentación. Hoy, vengo a hablaros de una subespecie en concreto. Yo lo llamo el "deportista de salón", o "deportista de sofá". Y, os puedo asegurar, que conocéis a más de uno y de dos especímenes de esta no tan rara avis.

El deportista de salón, hasta hace unos años, era fácilmente reconocible por su apariencia. Era común verlos pasear con chándal y con el periódico (deportivo, por supuesto) bajo el brazo. Hoy en día, por suerte para nuestras retinas, esta imagen ha ido perdiendo furor. Sin embargo, os daré otras características para que cuando os topéis con uno de ellos sepáis actuar en consecuencia.

1. La principal característica del deportista de salón es que no hace deporte. No cuenta como deporte ponerse los calcetines ni atarse las zapatillas. Ni el zapping. Ni el tumbing. Así que no, no hace deporte, a pesar de lo que su nombre pueda indicar.

2. Su habitat natural es un salón (ahora el nombre sí nos da una gran pista). O al menos lo era hasta la llegada de internet, tablets y ordenadores en cada habitación de la casa. Ahora es fácil encontrarlo pegado a cualquier pantalla con una retransmisión deportiva en directo o, en caso de no haber ninguna en ese momento, con la crónica, la tabla de resultados o el calendario.

3. Es menos sutil que una yegua en celo sobre sus opiniones. En general, te las harás saber quieras o no. Puede subir la voz, poner la televisión a niveles que se considera terrorismo acústico, radiarte el partido que tú mismo estás viendo, o incluso golpearte reiterativamente el hombro a la vez que hace un sonido primitivo con la boca parecido a "chist chist" para llamar tu atención. Es imposible evitarlos. Si has entrado en su radio de caza, tendrás que saberlo TODO sobre el partido del día anterior. Hasta la altura del césped.

4. Aunque, en general, su especialidad es el fútbol, sabe de todos los deportes habidos y por haber. Lobato es un aficionado a su lado sobre la F1. A Nadal lo conocía cuando todavía no competía profesionalmente. Marc Marquéz le pidió que le enseñara a derrapar en las curvas a él. Del Bosque le pide consejo para las convocatorias de la selección de fútbol. Cualquier deporte que pronuncies, él lo conocía antes, y es capaz de darte los nombres de los mejores.

5. Si su equipo pierde, él te da los pormenores de los errores del entrenador (o del jugador) y lo que tendría que haber hecho para ganar. Si su equipo gana... "es lo que llevo repitiendo toda la temporada, no puedes quitar a un jugador de ese calibre en un partido así".

6. En general, da unos gritos considerables al televisor mientras practica su deporte. O sea, estar sentado/tumbado frente a la pantalla.

7. Si les invitas a hacer deporte, ese que tanto aman y tan fervientemente siguen, siempre tienen algún problema físico que, ojo, se causaron practicando ese deporte. O están ocupados y no tienen tiempo. o es que tienen que lavarse el pelo. O ese día va a llover. O tiene que ver como crece la hierba del jardín. NUNCA lo harán.

Al fin y al cabo, es mucho más fácil augurar que ese pase al hueco era la decisión correcta cuando ya es imposible comprobarlo. Es mucho más fácil decir que los jugadores no se implican desde tu sofá calentito con tu cerveza. Es mucho más fácil decir que el entrenador no tiene ni idea de fútbol cuando nunca se ha jugado. Es mucho más fácil decir que has perdido porque no deberías haberte comido ese puño en la cara cuando no eres tú el que está sudando en el ring. Es mucho más fácil ser deportista de salón, que ser deportista.

Así que, queridos amigos deportistas de salón, vamos a sudar un poquito la camiseta antes de abrir la boca, majetes.