miércoles, 29 de abril de 2015

Por la Cáritas

Un estado aconfesional contribuyendo a la financiación de la Iglesia (católica, por supuesto, ni hablar del resto de religiones pecadoras que arderán en el infierno) y teniendo en cuenta sus valores a la hora de legislar. Con dos huevos como dos catedrales. Hace unos días leí un artículo en ABC que decía
que el nivel de cultura había caído cuesta abajo y sin frenos en los estudios de Historia del Arte y demás porque, ojo a lo que viene, se estaba sacando la religión de la escuela pública y eso empobrecía la cultura. Y sin anestesia. No es que espere otra ideología de ABC, of course, pero no sé, llamadme ilusa o cualquier cosa parecida, pero esperaba que la gente en algún momento de estos últimos dos mil años decidiera levantar la cabeza, dejara de mirar el barro de sus zapatos y pensara un poco por y en ellos mismos y actuara. Aunque, como siempre, llego a la conclusión de que como conjunto damos verdadero asco. La masa no quiere ni libertad ni razón ni lógica ni nada que se le parezca. Prefiere siempre la ficción, la mentira tranquilizadora, la religión. No me hago muchas ilusiones sobre los motivos de la gente para hacer lo que hace. Es más, en el noventa por ciento de los casos los motivos de la gente se reducen a tres cosas: miedo, dinero y sexo. Y casi siempre en ese orden. Para no salirnos de la línea, la religión persiste por el primer y gran motivo: el miedo.

Durante siglos, la humanidad buscó consuelo a sus más profundas angustias, pero todas las respuestas lógicas, racionales, se quedaban pequeñas ante la muerte. Ante la impasibilidad de la naturaleza ante el sufrimiento humano. Hasta que llegó el primer iluminado. No se sabe quién, pero alguien descubrió "la verdad". Una verdad que a todos servía. Una verdad que daba, sino respuesta, al menos consuelo como respuesta a los temores de los primeros hombres. Así que, estos iluminados defendieron esta idea, esta verdad, hasta con su sangre. Y siguieron con la sangre de los demás. Y con mentiras, después. Con lo que hiciera falta. Y, ojo, hasta cierto punto lo entiendo. El hombre siempre ha buscado dominar todo aquello con lo que se topa. Supongo que es una tendencia natural el aspirar a controlar nuestro entorno, pero no debería aplicarse a control sobre el resto de seres humanos, y menos todavía sobre sus creencias.

En fin, y todo esto a qué viene, os preguntaréis. Qué mosca cojonera le ha picado ahora a la petarda insufrible esta. El obispo de San Sebastián me ha picado. José Ignacio Munilla que se llama el iluminao. Y volviendo a las primeras frases de la entrada: sacar la religión de las aulas empobrece la cultura. ¿Y qué entienden estos señores por cultura? Pues sentaos, por favor, que vienen curvas. Para el iluminao de San Sebastián la masturbación es "violencia sobre el cuerpo". Supongo yo que este hombre irá a tal velocidad y potencia que se hará fuego, porque sino... Y además, sigue "hacerlo introduce un patrón de comportamiento (...), una vivencia mecanizada, automática, rápida y despersonalizada que convierte el cuerpo en algo que manipular". Hasta aquí parece que es casi normal, dentro de lo que se espera por normal en un tío que vive de la Iglesia (leáse impuestos de todos). Pero, ojo, para qué quedarse ahí pudiendo añadir que: "las mujeres a consecuencia de la <<revolución sexual>> reproducen modelos de comportamiento masculinos y también entran en este desorden con cierta frecuencia". Di que sí. Chicas, que si os masturbáis es porque estáis copiando a los hombres. Y que además es porque tenéis un desorden mental. Vosotras. No los que creen que es pecado.

Este iluminao ha publicado un libro de 165 páginas en el que no le ha quedado huequito para hacer recomendaciones de métodos anticonceptivos ni para evitar enfermedades porque claro, según él "no existen relaciones seguras", pero sí ha encontrado sitio para considerar a los homosexuales "depravaciones graves".  Lo de violar niños ya tal.

¿Lo peor de todo esto? Que esta gente vive del puñetero cuento. Cada persona residente en España, sea católica, musulmana, atea, hindú o extraterrestre, da, queriendo o sin querer, paga a la Iglesia Católica. Están libres de pagar impuestos como el IBI, el de obras, el de sociedades... Además de recibir una asignación vía IRPF (bueno, dos...) una para financiación del culto y el clero (que me toca los ovarios a dos manos) y otra para fines sociales (que se supone que es la parte que va a Cáritas, ¿pero sabéis cuánto dan a Cáritas en realidad? No llega al 4% de lo que Cáritas recibe). En el ámbito de la enseñanza, que, por cierto, los profesores los eligen los obispos, no como al resto de profesorado, la Iglesia recibe del Ministerio de Educación y sus conserjerías unos 610 millones de euros. Que digo yo... que si el profesor lo eliges tú, lo pagas tú ¿no? Capellanes de los hospitales, en cárceles, museos en poder de la Iglesia, catedrales, colegiatas, monasterios, terrenos rústicos o urbanos, viviendas, joyas, cuadros, arte sacro, donaciones de suelo público... Vamos, que sumando entre una cosa y otra hay cifras que señalan 11.000 millones de euros al año. Repito. 11.000 millones de euros.


Si mis vicios me los pago yo. Tus vicios tú. La Iglesia no es necesaria en un estado aconfesional. No debería recibir ni mejor ni peor trato que otras religiones. No debería recibir un duro del estado. Si quieres ir a la Iglesia, genial, págala tú. No me hagas pagarte tus ilusiones y tus bellas mentiras.

martes, 21 de abril de 2015

Libertad de mi expresión

Todos se llenan la boca con la libertad de expresión, no hay partido político que se atreva a cuestionar este derecho abiertamente, pero siempre llegan los PERO. Es indudable, e innegable, que algunos medios de comunicación y muchos individuos a nivel personal difunden opiniones, más equivocadas o menos, con objetivo de manipular o influir en el resto de personas. Esto es así, y cuanto antes se asuma más debate inútil nos ahorramos. No existe ninguna persona absolutamente imparcial, es imposible. Podemos intentar, con más o menos acierto, dar las noticias lo menos subjetivamente posible, pero desde el momento en que elegimos dar una noticia y no otra ya estamos "manipulando". Vale, una vez asumido esto, llega lo siguiente.

¿Debería prohibirse que se difundieran opiniones equivocadas? ¿O opiniones claramente sesgadas
con intención de manipular o influir en los demás? ¿Prohibimos solo las que hacen apología de ideologías extremas? ¿No censuramos nada? Las respuestas a estas preguntas, para mí, son unos rayos x de la persona con la que estoy hablando. Me dicen mucho de lo que tiene en la cabeza mi interlocutor, y ojo, al final aquí no va de ideologías, porque da igual que el tío me diga que es de izquierdas o de derechas, que vote a VOX o a PC, las ganas de censurar están en todos los bandos. Vamos por partes.

Prohibir difusión de opiniones equivocadas significaría, y sin ápice de vacilación, cerrar Twitter, Facebook, todas las webs de blogs, columnas de opinión de periódicos, tertulias de radios, platós de televisión... Si me apuráis tendrían que prohibirse peluquerías, panaderías, las puertas de los colegios, y todo lo que conlleve que dos personas se acerquen a hablar. Cualquiera puede tener una opinión equivocada, y te puede joder más o menos, pero es eso, una opinión. No es un dogma, No es una ley. Es una opinión y como dice mi madre las opiniones son como el culo, todo el mundo tiene, aunque los haya más agradables a la vista que otros. La opinión no es el problema, el problema es tanto del emisor como del receptor. De la falta de comprensión lectora del receptor, que interprete como mandamiento una opinión, y del emisor por sentenciar con cada frase. Y, OJO, que lo que acabo de soltar es opinión, y podéis estar de acuerdo o no.

Prohibir las opiniones claramente sesgadas con intención de manipular significaría cerrar todas las editoriales de los tabloides nacionales. Y todos los departamentos de comunicación de todos los partidos políticos. Y todas las empresas de publicidad y marketing. Deberíamos desterrar la costumbre de decir cosas que todos sabemos que son inaceptables, sí, pero debería ser un gesto que saliera de nosotros mismos, de nuestra ética y moral, no por imposición.

Prohibir las apologías extremas. Aquí es donde probablemente me encontraré más oposición. Con apología extrema entiendo que son esos mensajes que, siendo muy brutos, sueltan un "viva eta y la madre que los parió y tenían que haber matado a más gente todavía", pá entendernos entre colegas. Ojo, que también puede ser un mensaje diciendo que la única iglesia que ilumina es la que arde. O se puede considerar "extremo" los tuits que algún chavalito estúpido escribió tras estrellarse el avión hace pocas semanas diciendo que daba igual porque no iban españoles sino catalanes. ¿Hasta aquí todos de acuerdo?
Pues bien, que alguien con un bonito nick y un payaso de avatar me desee un tiro en la nuca por twitter no debería estar prohibido. Y no creo que haya nada más extremo que eso. Llamar a la guerra santa, tampoco. A la invasión de Gibraltar, tampoco. Y todas esas chorradas o extremismos que se os puedan ocurrir. ¿Que por qué? Porque lo que para mí es una chorrada o incluso humor negro (que es como las piernas, ya sabes, no todo el mundo tiene) para ti puede ser apología del terrorismo. "No, hombre, como va a ser lo mismo..." Las portadas de Charlie Hebdo, por ejemplo, lo que para nosotros es humor, para los musulmanes es atroz y extremista. Y no por ello tienen derecho ni a prohibirlo ni a atentar contra los autores. SOLO SON PALABRAS. Te joden más o menos, pero son palabras.

Creo que está bastante claro que mi opinión es la no censura. Con solo 26 años y ya me he encontrado ultra derechistas queriendo callar a los rojos de mierda y a comunistas queriendo callar a los nazis asquerosos. Por eso digo que da igual el bando. Los cristianos prohibirían el corán y los musulmanes cualquier publicación que ilustrara a Mahoma. La cosa es que todos queremos que se hable de nuestra opinión, de nuestra ideología, y queremos acallar toda oposición olvidando que los que están frente a nosotros tienen exactamente las mismas ganas que nosotros, los mismos derechos a saber y a opinar lo que les salga de la churra. En ocasiones, tenemos una idea formada sobre algo y puede que ni siquiera seamos conscientes de lo mucho que queremos que esa idea sea correcta, y nos esforzamos en buscar voces amigas hasta el punto de desear que el "equivocado" (a nuestros ojos) deje de pervertir al mundo con la opinión incorrecta. En fin, que por mucho que instintivamente me guste cerrarles la boca a todos los católicos, tengo que asumir que tienen derecho a creer y expresar su idiot... opinión en voz alta. Y como yo, todos. 


"Es imposible que un hombre que goza de libertad, imagine lo que representar estar privado de ella"
- Truman Capote -

jueves, 16 de abril de 2015

Ríete del extraterrestre

Cuando alguien nos dice que cree en los zombies, normalmente nos echamos a reír (o al menos nos aguantamos la risa). Cuando alguien nos dice que cree en que los extraterrestres nos exterminarán con sus naves espaciales, también nos da la risa (aquí igual un poco menos...). Sin embargo, cuando alguien nos dice que cree en un ser que nació de una mujer virgen preñada por una paloma mágica, nos lo tomamos en serio. O al menos, algunos os lo tomáis en serio.

Con el tiempo, una frase que se pronuncia muchas veces y en voz alta se convierte en verdad establecida. Siempre, claro está, que acalles toda oposición. Y la Iglesia se ha encargado a lo largo de los años de acallar todas las voces discordantes. De hecho, si yo digo que los extraterrestres están infiltrados en cuerpos humanos y nos van a ir colonizando poco a poco y sin que nos demos cuenta hasta que sea demasiado tarde y estemos al borde de la extinción o de la esclavitud, me exigirán que lo demuestre con pruebas (obviamente). Sin embargo, no hace falta demostrar la existencia de un Dios omnipotente y omnipresente que se preocupa un carajo por nosotros. Y cuando pides esas pruebas, aluden a la FE. La fe. Fe es lo que tiene el Alcorcón, macho. O sea, que para la religión, si vale decir que no hacen falta pruebas porque se tiene fe, pero para explicar el evolucionismo, Darwin tuvo que probar su teoría; para explicar el heliocentrismo, Nicolás Copérnico, Johannes Kepler y Galileo Galilei tuvieron que demostrar sus teorías y, ojo, la Iglesia se empeñó tantísimo en desmontar sus ideas que estuvo a punto de quemar vivo a alguno... Porque, claro, para demostrar que la tierra no era el centro del universo no valía la fe.

¿Su principal argumento para mantener la religión? La Biblia. Ojo al nivel. "Un libro sagrado". Ningún libro es sagrado. Son solo palabras impresas en el papel, y tampoco en ellas hay nada de sagrado. Te lo tomas con filosofía o te lo empujas con un par de tequilas, pero es lo que hay. A mí me encantaban los libros de Harry Potter, y no por ello creo que va a venir una lechuza con una carta desde un castillo mágico para decirme que soy bruja y que voy a una escuela de hechicería. O al menos, llega un momento en el que dejas de creer estas cosas. Hasta la misma fantasía tiene sus límites. Y, una vez más, cuando intentas hacerle ver a alguien que sí cree en este libro, que no es más real que Canción de Hielo y Fuego, Los pilares de la tierra, o, qué sé yo... Los juegos del hambre, pues es que eres "mujer de poca fe" y de ahí a que te digan ignorante (cosa que, por cierto, no deja de ser irónico), inmoral y otro tipo de lindezas... hay un mini paso que los creyentes dan con una facilidad que me deja pasmada.

La característica principal de la gente es que está dispuesta a creérselo todo, ¿cómo habría podido resistir la Iglesia dos mil años sin la credulidad universal? Un Dios hecho de bondad que manda a su hijo a sufrir a la tierra. Un Dios lleno de bondad que manda un diluvio para acabar con la humanidad. Un Dios lleno de bondad que manda plagas y pestes contra un pueblo para favorecer a otro. Un Dios lleno de bondad que pide sacrificios, que te manda enfermedades y hambre para poner a prueba tu fe, porque ojo, es todopoderoso y no tiene necesidades humanas pero necesita que le digan lo mucho que creen en él. En fin, sigamos riéndonos de los extraterrestres y de las creencias en la posibilidad de que haya vida fuera del planeta, en uno de los muchos millones de planetas que orbitan alrededor de millones de estrellas en los millones de galaxias ajenas a la nuestra. Pero no lo hagáis de aquellos creyentes en un dios que todo lo sabe y todo lo puede pero pasa de lo que te suceda porque no puede o no quiere actuar. No vayan a sentirse ofendidos. Otro día me puedo explayar en su club de aficionados, que eso da para varias entradas.

lunes, 13 de abril de 2015

Mi voto inútil

El mundo es un conjunto de posibilidades casi infinitas y hay que decidirse por una. Y en política también. Hay partidos de todos los colores, de todas las ideologías, y a veces, la diferencia entre uno y otro es un solo punto de su programa. Ahora que han pasado las elecciones de Andalucía, pero se acercan rápidamente las municipales, todos los partidos nos comen la oreja con las palabras exactas que queremos oír. Ahora se hacen las obras, se limpian las calles, se pintan las farolas, se bajan ciertos impuestos, se prometen glorias y milagros. Y esto, desgraciadamente, servirá para que muchos vuelvan a votar a la misma panda de corruptos de siempre. Como ya ha pasado en Andalucía. Como, mal que me pese y me hunda, veo que pasará en los municipios en mayo. Como veo que pasará en España en noviembre. Si ven al futuro, decidle que no venga. 

Se vota por miedo. Por miedo a que salga el coletas. Por miedo a que salga el PP. Por miedo a los rojos. Por miedo a los nazis. Luego están los que de verdad se creen las bonitas palabras, pero esos son para echarles de comer aparte. Y al final, por miedo a unos y otros, la mayoría vota a los de siempre. Y quiero pensar que de verdad es por miedo, porque la otra opción es que somos absolutamente imbéciles y nos merecemos la extinción. Ninguna persona es capaz de escoger sin miedo. Voto al PP porque es el único que puede plantarle cara a PSOE o Podemos. Voto a PSOE porque es el único que puede frenar a PP o Podemos. (Voto a Ciudadanos porque antes votaba a PP y ahora queda muy mal decirlo). Y así, en vez de votar por ideología, porque te gusten más o menos las propuestas, acabas votando por "utilidad". Y llevo toda mi vida electoral escuchando lo de "tu voto es inútil". "¿Vas a votar eso? Es como tirar tu voto a la basura". Yeah, I know. Lo sé. Soy consciente de ello. Igual que soy consciente de que mi voto es inútil porque esos partidos a los que votáis por utilidad se encargan de mantener una ley que permita esa inutilidad/utilidad de los votos. Y entramos en el círculo vicioso de que votamos por utilidad y mientras lo hagamos seguirán existiendo votos inútiles. Cosas así me desconciertan, pero me he dado cuenta de que la gente se engaña diciéndose que todo es explicable. Es la mentalidad racionalista del siglo.

Así que llegará mayo, y entre los más allegados comenzarán las preguntas, o más bien, los comentarios, sobre a quién va a ir a parar el voto. Y, no falla, seguidamente la frase: "votar a esos no va a servir de nada". Y probablemente, tengan toda la razón. La mayoría de la gente quiere un voto prudente, un voto que sirva para frenar a los que de corazón no quiere por nada del mundo. Pero ése es el problema, que la prudencia termina convirtiéndose en colaboración con los de siempre. Ya tengo mi voto más o menos decidido para las próximas elecciones, aunque siempre estoy abierta a cambios de última hora, y, una vez más, será como tirarlo a la basura. Me niego a ser cómplice del juego de la utilidad/inutilidad. Seguiré pensando en opciones como PACMA, a pesar de saber con certeza que jamás saldrán elegidos, porque este es un siglo en el que se mata a los animales por el mero hecho de serlo y no me parece justo. En EQUO, porque piensan por encima de todas las medidas económicas, de paro, de crisis, y de todas esas cosas que son básicas, pero al fin y al cabo secundarias si lo comparamos con la necesidad de un planeta en el que podamos sobrevivir. Seguiré votando por principios. Seguiré votando a los que creo que podrían defender mejor mis ideas. Seguiré votando a partidos que creo que defienden algo más que las chorradas de siempre. Y ojo, que las chorradas de siempre son importantes, pero siempre son las mismas monedas las que se utilizan para "chantajear" a la población. Y, como no, seguiré tirando mi voto a la basura por partidos que valoren más a las personas que a los números de su cuenta corriente.

"No confundas comunismo con justicia. Eso es de lo que adolece este país, por eso pasan las cosas que están pasando. Aquí se ha tenido a la gente esclavizada, y ahora muchos se asombran porque el pueblo está reclamando lo suyo"

PD: Antes de que os tiréis a la yugular, por favor, leed, informaos. Luego no me obliguéis a tener que explicaros las cosas.

lunes, 6 de abril de 2015

Yo la tengo más grande

La pena. Me refiero a la pena. También había pensado titular como "la novia en la boda y el muerto en el entierro", pero eso es sobre un afán de protagonismo sobre todos los temas, y yo quiero concretar en las "víctimas". O, al menos, los que disfrutan siéndolo. Así que me quedaban dos opciones, la famosa frase de "yo he sufrido más que tú", que no me convencía porque no siempre se dice igual y nunca tan directa, y la que al final ha sido elegida. Por razones obvias. Porque mola.

Hay gente que se toma los malos momentos, las tristezas, como una competición. Además una competición absurda, de las que yo llamo "a ver quién mea más lejos". Esta clase de gente es incapaz de escuchar sobre una desgracia o pena ajena sin meter su puntillita sobre lo mal que también lo pasó ella en alguna ocasión. Esta gente llega hasta situaciones tan absurdas como estar en un velatorio de alguien que ha muerto de cáncer y decir que bueno, que ella está muy mala con la gripe, pero que hasta así ha hecho el esfuerzo de ir... Y os juro que esto es verídico. Si tú estás con gripe, ella te cuenta la neumonía que una vez pasó su primo.
Porque no siempre tienen una historia para comparar con la tuya, pero en esos casos tiran de amigos y familiares y te cuentan la pena ajena como si fuera suya y, además, superior siempre a la tuya. Esa clase de gente que te ve cojear y te pregunta qué te ha ocurrido, no porque le interese realmente si es el menisco o el músculo lo que te duele, sino para aprovechar el tirón y contarte aquella vez en la que bajando un escalón creyó que se había torcido el tobillo aunque, oye, al final solo fue un susto. Si tú estás con dolor de cabeza, a ella le duele la espalda tanto que no ha podido ni dormir. Si tú tienes dolor de estómago, él tiene desde hace días un dolor en el pecho que le molesta al respirar. Vamos, que si tu cuentas que has ido a donar sangre, ellos te sueltan que les ha mordido un vampiro.

En los casos que estas dolencias sean reales, y no digo que siempre sean mentiras o al menos exageradas, las han contado taaaaaantas veces, las han sacado a la luz en tantas ocasiones, que han perdido brillo. Es como si una pena se desgastara cuanto más hables de ella. No digo que todos tengáis que guardarlas como si fueran tesoros, pero sí que cuanto más la exteriorizas, menos pesada se vuelve en el pecho. Los extrovertidos, que echan fuera el lastre de sus emociones, tienen menor riesgo de enloquecer que los introvertidos, que nos quedamos para nosotros mismos las toxinas emotivas con las que acabamos envenenándonos por no saber, o no querer, eliminarlas. Y esto no significa que suframos menos que los que las airean, simplemente es que no las contamos. Por no querer, por no poder, por no saber.

Así que cuando me vienen con el "yo he sufrido más", prefiero el silencio. Cuando me dicen lo de "qué vas a saber tú de dolor con 25 años", prefiero el silencio, sabré lo que sepa, pero desde luego, esa clase de actitudes no son las que te invitan a contar este tipo de cosas. Prefiero dejar que meen más lejos que yo. Porque una persona que disfruta enseñando sus cicatrices, no es alguien a quien yo quiera mostrarle las mías. Una persona que exhibe sus cicatrices sin otro afán que el de conseguir protagonismo (otro caso sería que habláramos de fines educativos o de consejo), es alguien que tiene unas cicatrices muy superficiales. Nadie usa una pena real, profunda y dolorosa para ser la novia de la boda. El dolor pertenece a quien lo experimenta y no hay palabra que baste para explicarlo.

Así que, en mi caso, si quieres decir que la tienes más grande, enhorabuena.


miércoles, 1 de abril de 2015

Andalucía no existe

A todos nos parece lógico que el partido político que obtenga un porcentaje más alto de votos sea el que organice y decida sobre el resto ¿no? O, al menos, la unión de los partidos que obtenga ese porcentaje más alto. A nadie se le ocurriría jamás que el tercero más votado sea el que decida sobre todos incluyendo los dos primeros.

Cuando se hacen las encuestas de población sobre los problemas que la gente percibe como más graves, a ninguna de las cabezas pensantes de los medios de comunicación se le ocurre abrir su informativo hablando del cuarto en la tabla. En deportes, se habla de los primeros de las listas. Todos hablamos de Nadal, Federer y Djokovic. De Alonso, Hamilton y Vettel. De Rossi, Lorenzo y Márquez. En resumen,siempre hablamos del tema/deporte/partido/personaje que atrae más porcentaje de población. Salvo cuando se trata de comunidades autónomas.

España tiene una población de 46.507.760 habitantes (en enero de 2014), de los cuales, el 17,85% vive en Andalucía. El porcentaje más alto de España, por delante de Cataluña (segunda con 15,98%), Madrid (13,75%) y la Comunidad Valenciana (13,75%). Y, por supuesto, por delante de todas las demás. Andalucía acumula unos ocho millones y medio de habitantes. Un millón más que Cataluña que va en segunda posición, dos más que la Comunidad de Madrid y tres y medio más que la Comunidad Valenciana. Por lo que cabría pensar que, los medios de comunicación nacionales le tendrían que prestar un poquito de más atención que al resto. ¿O no es ese el criterio que siguen para el noventa por ciento de sus temas?

La realidad es bien distinta. La realidad es que cuando nieva en Madrid, nos hacen creer en los telediarios que nieva en toda España. Cuando hace frío en Madrid, todos tenemos que ponernos el abrigo. Cuando llueve en Madrid, todos a sacar los chubasqueros. Y cuando hace buen tiempo en Valencia es cuando los demás podemos usar las mangas cortas. Y no importa que cuando llueva en Madrid, en Málaga estemos comiendo pescaíto en la playa, que cuando haga frío, en Sevilla estén abanicándose, que cuando nieve en Madrid en Córdoba estén tomándose un helado en la judería y que cuando haga buen tiempo en Valencia aquí llevemos ya un mes en la playa tumbados.

Los medios NACIONALES en realidad son de la comunidad de Madrid y, muy de vez en cuando, echan un vistazo al resto. Incluyendo a Valencia como parte integrante de Madrid, porque están taaaaaaan habituados a hablar de su paseo marítimo como si fuera obra de la Aguirre que no me extrañaría que cualquier día se lo anexione.

Y no es solo a la hora de hablar de la predicción del tiempo. La mayoría somos incapaces de nombrar a más de tres o cuatro alcaldes de provincia de España, pero todos nos sabemos el de Madrid, porque lo han repetido hasta la saciedad. Todos nos sabemos la plantilla, la titular y la del banquillo, del Real Madrid. Todos conocemos los atracos, los incendios, los atascos, las obras de teatro, los conciertos... todo lo que ocurre en Madrid, y la mitad de las veces no tenemos ni idea de lo que ocurre en la ciudad vecina, o en la nuestra propia. Y ya hemos visto que no las comunidad más poblada, ni la más grande (Castilla y León). Entiendo que sí, es la capital, y la CIUDAD más poblada, pero creo que para eso ya tienen sus propios medios locales.

Un medio nacional se debe a la nación entera, y como parte mayoritaria de esa nación, Andalucía merece algo más que migajas en los medios. Algo más que conectar en directo cuando llega la Semana Santa (que por otra parte luego tenemos la imagen que tenemos... subes
"Despeñaperrospárriba" y todos creen que lloras si no sale el Cautivo...). Algo más que un "jijijaja un andaluz anda que acento más gracioso".  Algo más que la Juani limpiando en Médico de familia. Algo más que la hija de una duquesa. Algo más que el manido "están todo el día de fiesta".