viernes, 10 de agosto de 2012

Sobrecualificada

Tras mes y medio empapelando la ciudad con mi curriculum infructuosamente, decidí eliminar del mismo que estaba cursando una carrera. Lo dejé como si hubiera terminado de estudiar al acabar bachilerato.

Y voilá. Lo que venía escuchando entre mis conocidos se cumplió. Me llamaron. Y no una vez... No. He tenido cinco entrevistas en este último mes, y otras dos a las que no acudí. Siete llamadas en total.

A las cinco que acudí me decepcioné mucho. La primera... fue la peor, pero no por mis nervios o mi inseguridad, no, qué va. La entrevistadora me apareció con la camiseta que regalaba una conocida marca de cerveza animando a la selección española de fútbol. Ante eso, y su evidente falta de modales que mostró más tarde... supuse, quizá un poco engreídamente, que la lista allí era yo.
Las otras cuatro entrevistas posteriores han sido más formales, pero con sensaciones parecidas. En la última, mi "competencia" por el puesto era de tal calaña, que salí sabiendo que me llamarían. Y así fue.

Pero las condiciones de trabajo eran crueles, por llamarlo de alguna manera. Horario partido, un mes de prueba, 400 euros brutos, y a 15km de casa, comercial puerta por puerta... Quiero trabajar para ganar algo de dinero, no para perderlo.

En fin, visto el panorama, hoy me ha dado por curiosear en el tema de negocios propios. El famoso "sea usted su propio jefe" me ha tentado.

He estado pensando en varias cosillas. Varios negocios que creo, y recalco el creo, podrían tener hueco en el mercado actual.

Tras cuatro años de tonteo en la universidad, algo he memorizado y he empezado por buscar, lo que a mi parecer, eran segmentos de población "desatendidas".

1) Animales. Mascotas, concretamente. Tengo un perro (al que adoro) y sé de primera mano que tenemos muchas más dificultades las personas que tenemos mascotas que las que no. Para estudiantes y jóvenes, el sacar a pasear la mascota de otro puede suponer un dinerillo extra. Y el ofrecerte para cuidar de los bichejos cuando el dueño deba viajar es otra, porque, sinceramente, aún no hay suficientes opciones viables para realizar tus escapadas con los bichos.
Si subimos un poco de categoría tenemos los "salones de belleza caninos". Esto es ya meterse en agua de otro costal, solo para dueños con una economía menos apurada que la mía.

2) Ancianos. No hay más que salir a la calle para darse cuenta. Las personas mayores abundan. Y pasamos de ellas. Quizás un negocio que les ofrezca ocio a buen precio, un supermercado con productos casi exclusivos para ellos, ofertas especiales si eres mayor de cierta edad, enfermeros o sanitarios a domicilio, acompañante para paseos, chico de los recados para la compra, el médico o lo que precisen...

3) Personas con alimentación especial. Diabéticos, celiácos, deportistas... Lo que mi madre daría por poder salir a cenar, o a tapear, sin tener que andar mirando si una comida contiene gluten o no. Una tapería con todos los productos aptos para celiacos se convertiría en su santuario.

Y, en fin, no me apetece seguir escribiendo sobre negocios que nunca montaré porque no tengo un duro...

Aunque por si acaso he guardado el papel donde apunté mi "tormenta de ideas".

Sobrecualificada... No jodas, si ni siquiera he terminado la carrera.

jueves, 9 de agosto de 2012

Adiós a Lestat

Tras un par de años (quizás sean tres) leyendo las Crónicas Vampíricas de Anne Rice, me quedan unas 40 páginas para acabar con Cántico de sangre. El décimo libro, y último (al menos en teoría).

Las Crónicas Vampíricas empezaron a publicarse antes de que yo naciera, en 1976, con Entrevista con el vampiro. Y el último fue en 2003, mucho antes también de que yo los descubriera.

Les dejo la lista de los diez libros, y su fecha de publicación, con un enlace directo a la Wikipedia (esa fuente de sabiduría).
Entrevista con el vampiro1976 
Lestat el vampiro 1985 
La reina de los condenados 1988 
El ladrón de cuerpos 1992 
Memnoch el diablo 1995 
El vampiro Armand 1998 
Merrick 2000 
Sangre y oro 2001 
El santuario 2002 
Cántico de sangre 2003

Reconozco que mi favorito es el quinto. Me parece sublime el título dedicado a Dios y al Diablo. Supongo que me gusto tantísimo que a partir de este todos me han parecido más aburridos y sinsentido. Y, de hecho, este último lo borraré de mi memoria en cuanto pueda, porque me ha parecido absurdo y un seguir por seguir. Querer extraer más de Lestat sin apenas argumento.
O seré una lectora desagradecida. Pá gustos, colores.

En fin, que echaré de menos al pintoresco vampiro. Un vampiro de los de verdad, de los que matan, chupan sangre, hacen maldades y no brillan en la luz del sol.