viernes, 15 de enero de 2016

El impuesto rosa

Hace bastante tiempo que leí sobre esto, pero es verdad que llevaba meses relegado a algún lugar oscuro de mi mente hasta que la semana pasada, mi querido primo, lo saco a relucir en uno de sus post (AQUÍ). En él habla de lo absurdo que resulta que las compresas y tampones tengan un impuesto del 21%, el llamado impuesto de artículos de lujo. Así que llevaba una semana con el temita dando vueltas en plan demonio de Tasmania por mi cabeza y ayer, hablando con mi super cuñi de algo que salía en la televisión (no recuerdo cómo salió el tema) se lo comenté. El llamado "impuesto rosa". La tasa rosa. Ese impuesto-no-impuesto discreto y sutil que sufren los productos y servicios "para mujeres" en el precio. Aclarando es que un producto, solo por ser para el público femenino, resulta más caro que el destinado a los hombres. Tan sencillo como injusto. Además, la primera vez que oyes hablar de ello te quedas un poco "venga ya, seguro que están exagerando, no puede ser verdad". Luego, en general, te cabreas. O quizás solo me cabreo yo que soy de combustión fácil.

Así que empezamos con el ejemplo más obvio. Las peluquerías. ¿Cuánto le cuesta un corte de pelo a un hombre? Pongamos desde los 5/6€ hasta no sé, ¿20€? El de una mujer difícilmente bajará de 15€ y sube muy, muy fácil hasta los 30€. Ahora muchos me diréis que el sobreprecio se debe a la longitud del pelo que si tal Pascual. Claro, porque todos sabemos que no hay mujeres con el pelo corto ni hombres con el pelo largo.

Más ejemplos de impuesto rosa. Las cuchillas de afeitado. Las desechables de Venus (Gillete) 4 unidades a 3.80€ para mujer. Gillete para hombre 15 unidades a 7.75€, que siguiendo la lógica del precio femenino debía salir a más de 14€ ¿no? He escogido las dos cuchillas básicas, nada de pieles sensibles o historias de esas. O sea que afeitarse a un hombre le cuesta la mitad que a una mujer. O las bandas depilatorias de cera. Para hombre, marca Veet, 10 unidades, 2.50€. Para mujer (voy a coger las de corporal para piel normal porque hay más para elegir) Veet, 16 + 4 unidades (supongo que poner directamente 20 era muy difícil) te sale a 6.20€. Lo lógico sería que fueran 5€ ¿no? Precios de Carrefour 15 de enero de 2016 a las 10:20 de la mañana.

Seguimos con las cremas, y me ahorro ya los nombres de las marcas, solo tenéis que pasar por cualquier supermercado que tengáis a mano con un boli y una libreta y veréis las diferencias en las marcas que queráis. Crema de contorno de ojos, formato roll on, 10 ml, femenino, 13.89€. La MISMA crema de contorno de ojos, también en roll on, pero con 15 ml y en la parte masculina, 10.05€... Luego que si soy yo de combustión fácil...

Podéis comprobarlo vosotros mismos con desodorantes, cremas faciales, o incluso perfumes. Sí, sí, en los perfumes. Además, es una cosa descaradísima. El primero que se me viene a la cabeza es One Million, de Paco Rabanne (quizás porque el anuncio no me puede parecer más asqueroso...). Entro en la web de El Corte Inglés, y ¿qué es lo primero que veo? Para empezar que los botes para hombres son más grandes, los hay de 125 ml y hasta 200 ml, mientras que los de mujer solo llegan hasta 100 ml (no en este perfume, en otros). Pues bien, el bote de 50 ml, que hay para hombre y mujer. ¡Hagan sus apuestas! Misma marca, mismo perfume, misma cantidad ¿mismo precio? Noup. El de mujer cuesta 51,50€ (a un euro cada vez que te eches) y el de hombre... ¡39€! Ahora es cuando me decís que elijo a conciencia. Bien, misma página, sigo con Paco Rabanne y miro el que está al lado. El de Invictus, otro anuncio para nada machista, que tiene su versión femenina, Olympèa. Bote de 50 ml que es el que tiene ambas opciones. Invictus: 39€ Olympèa: 60€ Y CON REBAJA, aparece rebajado, según estas rebajas normalmente cuesta 75€. Pero no, el impuesto rosa no existe. Es una cosa que las feminazis nos hemos inventado. No, no es cosa de Paco Rabanne, miro otro al azar. Calvin Klein. Eternity Aqua (no sabía que había tantas versiones de Eternity... el mundo de los perfume ese gran desconocido). 100 ml. Versión hombre, 43.55€ rebajado (72.60€ en teoría el normal). Versión mujer, 56.15€ el rebajado, 93.65€ sin rebajar. Y así puedo seguir, hasta el infinito.

¿Por qué? Sinceramente, no lo sé. Solo puedo aventurarme. Para empezar, porque lo permitimos. Para seguir, quizás tenga algo que ver que las mujeres sufrimos desde nuestra más tierna infancia la machacona y repetitiva consigna de "tienes que estar guapa". Se nos introduce hasta la médula la idea de que hay que estar siempre presentable, como una dama, y cuando vamos creciendo no podemos evitar reproducir este rol y comprar cremas y cuchillas y colonias que nos venden esta idea. "Con este producto estarás siempre perfecta". A los hombres, también, pero es De hecho, a ellos se les vende la idea de que la arruga y la cana los convierte en maduritos interesantes y a nosotras en viejas chochonas. Tenemos el coco tan lavado que accedemos a cualquier precio, nos quitamos de otras cosas para ajustarnos al perfil vendido desde los medios de comunicación heteropatriarcales. Y hablo en plural porque me guste o no, en mayor o menor medida, a mi también me va calando. Aunque sea un desastre en cuanto a perfumes, y las cremas solo las toco para curarme los tatuajes...
innegable que en un nivel muy inferior.

Pero no, el mundo no es machista, soy yo la que veo machismo en todos lados... A veces, más a menudo de lo que puede ser bueno para mi salud, me enfado con mis amigos, familiares y conocidos. Me enfado porque no lo ven. Porque cuando abro la boca para protestar por algo así me miran con caras condescendientes o se miran entre ellos como diciendo "ya se le pasará" o "es así". Luego, en privado, cuando les hago ver lo que me enfado, a veces y solo a veces me dan la razón, seguido del PERO. "Tienes razón, PERO no vas a conseguir nada enfadandote". Y quizás tienen razón. No voy a conseguir que los machistas dejen de serlo. Pero me niego a seguir dando juego, a seguir dando cancha, no seré cómplice por silencio. No me reiré de chistes ni comentarios que buscan la burla si estos ayudan a perpetuar este sistema. Y lo siento. Lo siento porque seguiré con mis caras largas en eventos, lo siento porque seguiré saltando y no tolerando estas cosas, y lo siento porque seguiré exigiendo que os informéis. Aunque me sienta culpable por ello, porque sí, porque yo también tengo días en los que siento que no sirve de nada y solo me hacen sentir frustada y triste.