martes, 2 de junio de 2015

#Elhimnonosepita

Yo no quería, de verdad que no quería, pero me habéis obligado. Me habéis obligado con tanto darle vueltas a un tema que es absurdo. Con tanto sacarlo a relucir. Con tanto sacarlo en las noticias, con hacer debates sobre ello. Con usarlo como bonita cortina de humo que la mayoría se ha tragado como si de un refresco en un día de agosto se tratara. Ya nadie habla de las elecciones eh? Ni de la corrupción. Ni del paro. Que no pare la fiesta. Que siga sonando la música. Y el himno. Y que lo sigan pitando mucho tiempo para así acallar con el temita las voces que protestan por temas importantes.

Madre mía. Que han pasado ya varios días y se sigue hablando de ello como si nos fuera a cambiar la vida radicalmente que se pitara o no. Que si es libertad de expresión, que si es una falta de respeto, que si tal, que si cual... A ver, en resumen hay dos bandos:

1) Los que dicen que es una falta de respeto a todos los españoles. Que se equivocan. Yo soy española y sinceramente, quien quiera pitar o silbar, que silbe, y quien quiera llevarse la mano al pecho y cantar el LOLOLOLO que lo cante. Ya hice un post con este tema, el de los símbolos nacionales usados como arma y no me voy a repetir, si alguien lo quiere leer ahí dejo el enlace.

2) Los que creen que pitar el himno es un acto revolucionario que va a cambiar algo. PLAS PLAS. Venga, sí, habéis conseguido que se oigan los pitos por encima del himno. ¿Y? No sé, a mí que me lo expliquen. "Es para mostrar que no lo sentimos como nuestro", ah... ¿también silbáis cuando tomáis comida china o mexicana?

Luego tenemos a nuestros queridos gobernantes que en vez de intentar entender por qué miles de catalanes y de vascos no quieren tener nada que ver con su idea de España se plantean prohibir pitar el himno. Que viva la libertad de expresión, sí, pero de la mía. Estos comunistas del PP... que quieren cargarse nuestra democracia occidental y poner una dictadura en la que no se puede expresar ideas contrarias al régimen...oh, espera... Y es que, oye, todos decimos estar hambrientos de verdad, pero cuando nos la sirven pocos encontramos su sabor agradable. Y no es agradable saber que si catalanes y vascos no quieren ser españoles es principalmente por culpa de los que se llevan la mano al corazón cada vez que hablan de "su" España. Porque al río que todo lo va arrancando a su paso se le llama violento, pero nadie habla de violencia cuando se refiere al cauce que lo va oprimiendo. Solo hay que leer un poco de historia, o hablar con la mente un poquito abierta con gente de allí y de aquí (con gente con argumentos, entiéndase, no con los borregos).

Y para finalizar el elenco, la masa. La masa que se deja guiar como borregos. La masa a la que le das cuatro cortinitas de humo y se lanzan como lobos a por su presa. La masa que quiere fusilar a los que pitaron el himno porque se han creído que los que tienen el dinero en Suiza les han dicho sobre ser españoles. La masa la componen aquellos que llevan desde el sábado debatiendo sobre si debería haberse cancelado el partido, si deberían multar al público, si deberían prohibir a los clubes inscribirse el año que viene en la Copa del Rey o si directamente deberían retirarle el título.

¿Al resto? No nos queda otra opción que luchar. Luchar contra la estupidez de las masas, la maldad de los gobernantes, la envidia de los débiles y la ignorancia de los pueblos. Que es lo mismo que decir luchar contra España y contra todo.

En fin, entrada cortita, no tengo mucho más que decir sobre el tema. Que conste que conozco gente que lo ha pitado y gente que está indignadísima con que se haya pitado. Y no entiendo a ninguno de los dos.