La feria ha degenerado hasta ser una burda caricatura de lo que era. Un esperpento. Un desfile de descamisados. Una fiesta de alcohólicos anónimos que salió mal. O eso dicen. Los tíos exhiben sus ridiculeces en la otrora respetada Plaza de la Constitución. Las tías llevan las bragas en la mano para que se les sequen. O es dicen. Ahora los jóvenes van a la feria a beber, dicen los adultos responsables que bajaban en sus años mozos con las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha bajo el brazo. Los jóvenes no respetáis la autoridad, dicen los adultos que se jactan en cada cena familiar de haber corrido delante de los grises. Y, a pesar de su hipocresía, tienen razón en muchas cosas. Para empezar, la mayoría baja a beber hasta que no es capaz de distinguir un perro de un calcetín. La mayoría, no respeta a la autoridad. Pero ni a la autoridad, ni al vecino, ni a su amigo, ni a si mismo. La mayoría mea donde se le antoja. La mayoría tiene un concepto de diversión que se fundamenta en beber hasta vomitar para poder seguir bebiendo. Yo siento vergüenza.No me voy a erigir en defensora de la feria porque, sinceramente, no soy una ferianta. De hecho, solo me gusta en pequeñas dosis, pero me jode profundamente lo que están haciendo. No me gusta el flamenco. Mi capacidad de resistencia a este tipo de música se queda en lo superficial. Niña Pastori y demás destilados. Me sacáis del "Algo se muere en el alma" y el "Mírala cara a cara" y me pierdo. Apenas bebo. Paso de estar normal a mareada en cuestión de segundos y, oye, prefiero no tener los sentidos embotados. No le veo la gracia a no ser capaz de hablar y andar con normalidad, llamadme rara. Los humanos tenemos solamente cinco sentidos, nos da mejor resultado usarlos todos. Odio las aglomeraciones. ODIO. Para que alguien me caiga bien tiene que respetar ampliamente mi espacio vital. Mejor aún, tiene que respetar el espacio vital de mi espacio vital. Y, por último, la gente borracha me aburre. Me cargan las conversaciones de besugo. Así que, con estos datos, aparte de saberse que soy anti social, se podría pensar que no piso la feria.





