Los guionistas de HBO vuelven a pasarse la historia del libro por... el arco del triunfo. ¡OJO! Que aprendí hace muchos años que si te gusta un libro mejor no veas la película (o serie en este caso) porque te acabarás llevando casi con total seguridad una decepeción. De hecho, recuerdo ahora mi primera pelifrustración: Harry Potter y la piedra filosofal.
Como dato curioso yo comencé la saga por el tercer libro, Harry Potter y el prisionero de Azkabán, porque me lo regaló una muy buena amiga del colegio pensando que ya habría leído los dos primeros (supongo que la fama de lectora nació conmigo). La cosa es que me leí ese y luego mi madre me compró los dos anteriores para que empezara a seguir el orden. El tercero acabó siendo mi favorito, quién sabe si porque lo leí dos veces o porque estaba locamente enamorada del personaje de Sirius Black, pero Harry Potter marcó mi infancia/adolescencia ya que el mago acompañó a mi generación muchos años. Pues bien, cuando estrenaron la película del primer libro yo debia tener unos doce años y un entusiasmo que no me cabía en el cuerpo. La peli me convenció bastante, al menos hasta que llegaron a la parte final.

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Asha / Yara |
Pero con Juego de Tronos me está hirviendo la sangre. Entiendo que se eliminen tramas y personajes por la complejidad de los libros, PERO NO si luego inventan otras historias y personajes que no existen. Tampoco entiendo el cambio de nombres PORQUE SÍ. Por ejemplo, ¿qué sentido tiene cambiarle el nombre a la hermana de Theon Greyjoy de ASHA a YARA? ¿O el nombre y la historia a la mujer de Robb Stark de Jeyne Westerling a Talisa Maegyr?
Muertes que no suceden, personajes con líos amorosos que en el libro no, desaparición de personajes BÁSICOS en la trama (¿EDRIC TORMENTA?) y como en el último capítulo, capturas a ciertos personajillos que debían seguir su camino tranquilamente (o todo lo tranquilo que puede estar alguien en manos de George RR Martin).
En fin, estos enfados solo los conocemos los que entendemos que basar una serie (o película) en un libro es ser, al menos relativamente, fiel al trabajo del escritor.