viernes, 11 de julio de 2014

"Quiero ser como Ronaldo"

Que la imitación es el mejor elogio se ha dicho desde siempre. Lo hemos escuchado desde que nuestros primeros amigos o hermanos pequeños tendían a copiar todo lo que hacíamos. La mayoría no lo entendíamos como elogio, y más bien nos cabreaba que nuestros adorables imitadores copiaran nuestros gestos. Yo me pasé años de berrinche en berrinche porque mi hermano pequeño era incapaz de comportarse y de jugar incluso, sin imitarme de alguna manera (Víctor, si me lees no te preocupes, solo te odié los primeros 10 años). Sin embargo, cuando maduramos, nos damos cuenta de cuánta verdad hay en esa frase.


En las clases de mis gremlins lo veo muy a menudo. Los pequeños imitan a los más mayores, pero no imitan a cualquiera. Imitan al que ellos creen que lo hace mejor (y suelen acertar, no son tontos). Entiéndase imitaciones que no sean parodias de comportamientos, expresiones o gestos o el tono de voz, que estas son aún menos admitidas. Niños ven, niños hacen.

Baldwin decía que "los niños nunca han sido buenos para escuchar a sus padres, pero nunca fallan en imitarlos". Es de sentido común saber que el ejemplo tiene más fuerza que las reglas. Pero no solo imitan a sus padres, también imitan a sus ídolos. Ayer tuve la oportunidad de visitar y pasar un rato con los críos del Campus Málaga CF (el periodismo tiene estas cosas, lo mismo te regala momentos geniales que te hace cagarte en Kapuscinski en arameo) y, por costumbre quizá, me acerqué a la zona de los más pequeñines.

Me bastaron unos minutos para percatarme de lo mucho que ven y copian los gestos de los futbolistas profesionales (es imposible que no los vean, pues los tenemos a todas horas bombardeando la televisión), y resulta, como poco, curioso ver a críos de 4 años lamentando un gol de un Campus de verano, en un partido de entretenimiento de esta forma -------->
El gol ni siquiera le afectó (o tiene una capacidad de recuperación mental digna de un super héroe), pues al segundo estaba otra vez gritando de alegría, que por otra parte es lo que se espera de los niños, pero él hizo el gesto, es lo que ve en sus ídolos y entiende que es así como se debe reaccionar.

Algunos diréis que soy una exagerada, que es la reacción normal de cualquier crío durante un partido de fútbol. Será que soy una exagerada, pero a mí esto me parece una celebración natural en un crío -------------------->(un crío un pelín eufórico), y estas no son unas celebraciones que salgan naturales por la liberación de hormonas ni aunque lo diga el Punset. Y todas las pude ver ayer:


La mayoría de los niños oyen lo que dices, algunos niños, incluso hacen lo que dices, pero todos los niños hacen lo que haces. Como adultos responsables (??? me acaban de salir tres canas después de esta frase) está en nuestras manos el deber de comportarnos de forma ejemplar si queremos dejar una infancia en el mundo de la que no tengamos que avergonzarnos en unos años. 


1 comentario:

  1. totalmente así ocurre. Tengo hijos pequeños, uno de a penas 3 años, y es un auténtico loro en lo que habla y en sus gestos. Todo copia, todo lo que ve y oye.

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