viernes, 24 de octubre de 2014

Dios es un barbero

El martes una conocida, amiga de una buena amiga, colgó un vídeo en Facebook. Sé que esa chica y yo comos totalmente opuestas en muchos aspectos (quizás en el 99% de la ideología), pero aún así, cuando nos presentaron nos llevamos bien. A lo que iba, nos gastamos bromas pero intenté en todo momento respetar su forma de pensar. Es cierto que también evitamos mucho acercarnos a los temas que podían causar controversia, no por no discutir, ni por "miedo" a que cambiaran nuestra forma de pensar (creo que las dos tenemos las ideas muy claras, cada una en su extremo) sino por respeto a la amiga en común que nos había presentado y a la que no teníamos ganas de amargarle la semana.
Mi amiga ya me había advertido que esta chica se tomaba sus creencias muy en serio, (mi amiga me conocía lo suficiente para saber que un "mecagoendios" sale de mis labios con cierta frecuencia en según qué situaciones y que podía sacar los dientes si me encontraba por sorpresa con un comentario con la tolerancia típica de las religiones, o sea, ninguna) y no sé si habría "advertencias" también por el otro bando, en plan que no me tuviera en cuenta si se me escapaba algún comentario del estilo.

El resumen es que habremos estado una semana y pico juntas en total (días separados en el tiempo) y hasta ahora sin incidentes. Sin embargo, tengo que reconocer que mis ganas de acribillarla a preguntas aumentan cada vez que leo algún comentario o cuelga algo relacionado con Dios. Los que me conocen saben que lo digo en serio y sin acritud. Siempre que me cruzo con una monja por la calle lo comento: "me encantaría hacerle mil preguntas" y nunca lo hago porque las veces que he intentado dialogar con religiosos acaban enfadados. A los amigos creyentes no los cuento, porque no me toman en serio y/o acaban pensando que les estoy buscando las cosquillas. Pero no, es curiosidad real.
Total, que el martes esta conocida colgó este vídeo en su muro (por favor, no hagáis comentario de la musiquilla de fondo jaja):

Bueno, yo no sabía si reír o llorar. No sabía si reírme por la absurda comparación y por la total falta de argumentos lógicos a favor de la existencia de Dios, o llorar, al pensar que de verdad hay gente que se siente satisfecha con ese tipo de respuesta. Estuve muy tentada, es más, estuve a un click, de responder a su publicación con una parrafada o con un simple "jajajajajajajajajajaja". Hay segunda y tercera parte, pero, por compasión, os las ahorraré (tan fácil como buscar en youtube si sois unos masoquistas). 

No voy a empezar aquí a enumerar todas las razones por las que no creo en la religión. Ni todas las cosas que creo que Dios estaría haciendo mal si existiera (no sé cuál de las dos listas es más larga...). Aclararé también que no tengo nada en contra de los que creen en Dios como tal, de los creyentes en un poder superior y blablabla, lo que no aguanto es al club de fans modo quinceañeras que se creen en posesión de la verdad e interpretan un libro como si fuera palabra sagrada (que, por cierto, interpretan según les sale de los huevos...)

Al final no le contesté. Si hubiera sido una persona desconocida, habría usado lo que mi hermano y yo llamamos "golpe de remo" (los fans de los Simpsons sabréis a qué me refiero... y los que no... ¡merecéis golpe de remo!). El golpe de remo es la contestación fría a la vez que, casi siempre, despectiva despojando a la otra persona de razón o autoridad para seguir la conversación. Vamos, un portazo en las narices de toda la vida. Pero "respeté". Supongo. A pesar de que hace poco más de una semana que me dije que se acabó lo de "respetar" idioteces. Y sí, evidentemente, considero el vídeo una de las mayores idioteces vistas últimamente (y he visto muchas). Supongo que el respeto no fue hacia ella, ni hacia su pensamiento. El respeto fue hacia la amiga en común, a la que no querría causarle un enfrentamiento con una amiga por religión. Suficientes enfrentamientos ha causado ya la religión. 

Así que aquí estoy, vomitando tonterías por no escribir en su momento un "¿de verdad crees esto?". Por ahorrarle un enfado a alguien que apenas conozco. Porque es más cómodo aparentar que eres inofensiva. Menos problemático.  

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