sábado, 1 de noviembre de 2014

Día de Todos los Halloween

La entrada va a comenzar con algo que ya escribí anoche en Facebook.

Gente que odia Halloween porque no es una tradición nacida en España. Supongo que son los que creen que Papa Noel es de Churriana y que la Navidad se celebra porque Jesuscristo nació en El Palo. ¿Queréis saber otras cosas que vienen de América? Las patatas, el tomate y el cacao. Ale, a hacer gazpacho sin tomate, tortilla sin patatas y a ver qué hacemos sin cacao...
Seguid defendiendo una tradición que implica llorar por encima de una que implica niños disfrazados riendo y comiendo caramelos porque "es española". Nada más español que ser incapaz de convivir con otras culturas y tener ganas de ver al vecino llorando más que disfrutando.

Y que conste que nunca me he considerado defensora de Halloween. De hecho, creo que solo me he disfrazado en dos ocasiones y en las dos daba más pena que miedo. Nunca he ido casa por casa pidiendo caramelos y lo más cerca que he estado de algo así fue con unos 10 añitos, que mi amiga y yo fuimos a comprarnos 20 duros (sí, 20 duros, nada de €) de chucherías cada una para comernos en la calle. También recuerdo que aquella noche mi tía nos contó que la extraña luz que rodeaba la luna significaba que las brujas habían salido esa noche... Cuando creces te das cuenta que esa "extraña luz" la tiene siempre que la luna está llena, pero oye, el mal rato que te llevas esa noche lo recuerdas para siempre. 

A lo que iba. No celebro Halloween, pero tampoco me dedico a criticar a los que sí. Cuando yo era pequeña no había costumbre de celebrarla y se ha ido adaptando a nuestro país (con más o menos acierto) demasiado tarde para mis deseos de comer caramelos. Pero sí que he visto a críos pedir los caramelos. Y los he visto ilusionados con sus disfraces y sus bolsas por la calle, corriendo a encontrarse con los amigos para ir casa por casa a pedir algo con lo que tener una sobredosis de azúcar. Y he visto sus caras de felicidad cuando reciben algo, porque estamos poco acostumbrados a esta fiesta y todavía no acostumbramos a tener los caramelos preparados para dar a los que llamen a nuestra puerta (y me incluyo).

Entiendo que si pasas de los 30 esta fiesta te pilla más que lejos de tu forma de pensar y ver el mundo, y que si pasas de los 20 la sientes más cercana por la televisión, series y las clases de inglés del colegio/academia que por experiencia personal. Sin embargo, no me parece motivo para criticarla (hay otros muchos motivos para los que sí, por ejemplo, que lo usamos como un carnaval de octubre más que como Halloween, porque nos disfrazamos según se nos antoja en vez de algo terrorífico). 

"Es que es americana". Gran argumento. Ya lo dije antes, tenemos muchas más cosas americanas. Y añado más: los pantalones vaqueros, cualquier producto Apple, Windows, el 90% del cine, las hamburguesas... ¿No todo es bueno? Estamos de acuerdo. ¿Todo se ha ido integrando sin problemas? Por supuesto. Y Halloween lo hará, poco a poco. Supongo que le tenemos un poco de fobia irracional a cualquier cosa que venga de EEUU porque hasta donde yo sé los Reyes Magos iban a Oriente y no a Madrid a entregar regalos...

No te gusta, no lo celebres. ¿Prefieres celebrar el Día de Todos los Santos? Hazlo. "Es que es mejor acordarse de nuestros seres queridos que ya no están que comer caramelos". Bueno... Yo no necesito el 1 de noviembre para acordarme de ellos. A algunos los recuerdo cada día, a otros más de vez en cuando. Y prefiero acordarme de ellos por situaciones o recuerdos que por obligación en una fecha señalada. Pero si alguno de tus conocidos prefiere comer caramelos y salir a divertirse en vez de ir al cementerio a llorar, deja de tocar la moral. Quieres llorar, llora, pero no intentes obligar al resto del mundo a vivir bajo tu punto de vista.




No hay comentarios:

Publicar un comentario