miércoles, 18 de marzo de 2015

Ponte en mi piel

Todos nosotros llevamos siempre una tela (o dos, o tres, depende del frío) por encima de nuestra propia piel y nuestros propios pelos para protegernos del clima (entre otras cosas). ¿Que nos parecería que cada año algunos seres capturaran a veinte millones de humanos en trampas para arrancarnos la piel con la que ellos poder crearse unos bonitos abrigos? ¿O que criaran a cuarenta millones de humanos en granjas dedicadas única y exclusivamente a hacernos crecer para luego arrancarnos la piel a tiras? Despellejados, antes o después de la muerte. Generalmente antes. Tampoco es que la muerte sea un alivio, porque ha de producirse de forma que no se dañe la piel lo que deja las opciones en ser gaseados (la asfixia dura unos 30 minutos), electrocutados por vía bucal, anal o vaginal o directamente desnucados.

Las principales víctimas de esta caza son los zorros grises y rojos, las nutrias, los castores norteamericanos, los coyotes, los visones, los mapaches, ratones almizcleros, ardillas rusas y chinas, armiños y las zarigüeyas. Y en las granjas lo que más se cría son visones, chinchillas, zorros plateados y azules, hurones negros y blancos, mapaches, nutrias, perros, gatos y conejos.  Y es que para hacer UN SOLO ABRIGO se necesitan muuuuchos animales, unas 300 chinchillas, 250 ardillas, 60 visones, 30 gatos o mapaches, 20 zorros, nutrias, linces o focas bebé, 15 ocelotes, 8 lobos, perros o focas adultas, 6 leopardos...

Entiendo que los humanos necesitamos vestirnos, que no podemos salir a la calle como los animales solo con su propia piel, pero joder, hay alternativas. No las había en la prehistoria y era absolutamente necesario cazar para vestirse, pero hoy en día existen las fibras vegetales y los tejidos sintéticos. Usa piel sintética en vez de piel real. Usa forros polares, microfibras.

Pero, si todo esto del sufrimiento y el hacinamiento animal nos da absolutamente igual, todavía hay una razón más. La extinción. El visón del mar y el zorro de las Malvinas ya no existen. Tres especies de tigres ya han desaparecido: el de Bali, el de Java y el del Mar Caspio. Directamente. No es que sufran caza y muertes crueles por su piel, no, es que ya no existen. Muchas de las pieles más solicitadas son de especies muy amenazadas, como los tigres (en 2005 quedaban menos de 7.000 y de los tigres de Siberia menos de 200), los leopardos de las nieves (menos de 5.000 ejemplares) los jaguares, los koalas, los ocelotes e incluso los castores. En España, por ejemplo, extinguimos la garduña de Ibiza, y casi lo hemos conseguido con el lince ibérico, del que quedan menos de 800 ejemplares (he leído cifras que no llegan a los 300, pero ante la duda, pongo la más alta que he encontrado).

Sigamos creyéndonos los amos del mundo, y destruyendo todo lo que nos rodea, y cuando estemos solos en el mundo sin más compañía que la de otros miserables humanos, nos echaremos las manos a la cabeza.

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