miércoles, 11 de febrero de 2015

Más sombras que porno

Hoy voy a hablar para todas esas chicas, y mujeres, encantadas con el estreno de 50 Sombras de Grey. Sí, a todas esas mujeres que se definen como independientes, fuertes, y feministas y que ningún tío tiene derecho sobre ellas. Pero mojan bragas con el señor Grey. Y, a ver, que el actor que han puesto para interpretarlo tiene su puntazo, y lo digo yo que lo llevo viendo desde que era un vulgar cazador en Once Upon A Time. Sin embargo, hay más motivos para huir del señor Grey que para buscarlo. Quiero pensar que la mayoría de las chicas no son conscientes de lo dañina que es la relación de este tipejo, así que me voy a auto otorgar el deber de abriros los ojos. De hecho, quiero pensar que ni siquiera la autora se ha dado cuenta del ser maligno que ha creado y de lo perjudicial que puede llegar a ser en el consciente colectivo de las mujeres, del flaco favor que le ha hecho al feminismo. Es un lobo disfrazado de dulce ovejita.

El libro, e imagino que en consecuencia la película, está plagado de comportamientos machistas y de hechos que, aunque en un principio pueden pasar desapercibidos, son micromachismos. Voy a tirar de memoria, así que me vais a perdonar si cometo algún error, pero leí el libro hace ya bastante y dado que me estaba pareciendo muy, muy malo, tampoco es que le prestara una atención completa.

Me voy a ahorrar la parte en la que el señor Grey acosa a la señorita Steele en el trabajo, en el supermercado y en todas partes. Vale, sí, es bonito que vayan a verte al trabajo, pero una cosa es ir a verte y otra acosarte cuando apenas te conocen o tú no has dado tu consentimiento para las visitas, o, espera, usar el móvil para localizarla. Estoy pensando si ahorrarme también laS parteS en las que él se enfada cada vez que algún amigo varón se acerca a ella aunque solo sea para hablar. Ella se plantea qué hace mal cada vez que ocurre esto (más a menudo de lo que se puede considerar sano) y llega un punto en el que no le cuenta cuando sale o simplemente habla con sus amigos por miedo a su reacción. Chicas, ¿de verdad queréis un tío así en vuestras vidas? ¿Que os haga sentir como unas enviadas del infierno cada vez que contestáis a la llamada de algún amigo? ¿Que os haga sentir culpables cada vez que se auto enfade?

Recuerdo que con el libro recién empezado, en la primera cita, él la insta a hablarle siempre de usted, mientras que él la llama por su nombre tan normal. Esto parece una tontería, pero es que el libro suma muchas tonterías... Antes de empezar a salir, usa en varias ocasiones el "si fueras mía..." seguido de un "no te atreverías a hacer tal cosa". Ea, y lo leéis y os quedáis tan anchas. NO ES SEXY. No es seguridad. A mí eso me suena a amenaza y si alguna vez alguien me lo suelta se me encienden las alarmas dejándome solo dos opciones posibles, dar media vuelta y salir por donde he venido o cruzarle la cara y dar media vuelta y salir por donde he venido. No hay más.

La cosa no acaba aquí, aparte de las amenazas de "no harías tal cosa" y blablabla hay amenazas a daño físico muy explícitas. Y NO, no por el rollo BDSM. No recuerdo exactamente en qué parte del libro le dice, como quien no quiere la cosa, que la noche anterior le habría pegado no por el rollito raro que se trae, sino porque estaba enfadado porque había hablado por teléfono con un tío o porque había dicho que iba a casa de la madre, no lo recuerdo exactamente, pero vamos... Si esto ya no te hace correr, hija mía, eres imbécil profunda. ¿Qué señales quieres? ¿Un cartel iluminado con neones? ¿Que te lo diga cantando con una actuación y una coreografía preparada?

¿Más razones para salir huyendo? La aleja, sin ningún pudor, de amistades y familia. Cada vez que ella le pide espacio, porque obviamente le han saltado las alarmas internas, él se pasa por el forro de la chaqueta su petición y se dedica a acribillarla con correos, llamadas, o, directamente, se planta en la puerta de su casa. ¿HOLA? ¿Seguís queriendo un señor Grey en vuestras vidas?

Recuerdo una escena especialmente. Están cenando con los padres de él y él quiere meterle mano durante la cena. Ella se niega. En ese momento además él se entera que estuvo con un amigo unos días atrás tomando una copa (oh pecado mortal) y se enfada, lo que se une a un cabreo anterior porque ella va a pasar unos días con su madre. OJO, basta con analizar esta situación para darse cuenta que el señor Grey es un gilipollas integral, nada de un tío sexy y seguro. Pues se la lleva aparte para echarle un polvo pero bajo las condiciones de "es exclusivamente para mi disfrute, no para ti, quiero que te frustres porque así es como yo me siento ahora" (o algo así).

A ver, ¡que le busca hasta una ginecóloga!

Después de verlo con este prisma, ¿alguna quiere todavía al señor Grey en su vida? Por favor, no me respondáis nunca, porque tengo a vuestras respuestas tanto miedo que prefiero la duda a la certeza. 

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