sábado, 13 de diciembre de 2014

Un culo paseando

Este pasado miércoles, al salir del gimnasio, me encontré con un mensaje en facebook de una amiga: "toma, Laurita... son dos horazas, pero cuando encuentres un hueco, creo que lo vas a disfrutar". Primero pasé miedo, pá qué nos vamos a engañar. El vídeo se llama "No solo duelen los golpes" y bueno, no sería la primera vez que me lanza alguna indirecta muy directa. Pero no, finalmente no iba por donde yo pensaba.

El vídeo va, haciendo un resumen muy, muy, muy simple, sobre machismo. Y me hizo gracia que justo me lo hiciera llegar ese día, porque el día anterior yo había vivido un episodio de algo que se repite en mi vida con más frecuencia de lo que, a veces, te ves con ganas de aguantar. Y es que es eso, tener que aguantar. La situación no pudo ser más "inocente". Paseaba con mi chucho, como cada día, por el paseo marítimo y obviando las miradas diarias (que ya llega un momento en que te dan ganas de decir: "a ver, muchachos, que paso por aquí cada día, ya me tenéis más que vista") hay días en que la cosa va un pasito más allá. Como el martes. Terminando ya la hora de paseo, un tío, entrado en años (vamos, que podría ser mi padre) pasó en bici por mi lado y se giró. Miró de tal manera que juro que pensé que se le había caído algo, o que miraba a mi perro porque le recordaba a otro o vetetúasaberqué, pero no imaginé ni por un momento que esa mirada iba dirigida a una persona. Solo dijo una palabra: CULO. Y sin anestesia. Solo eso. No hizo falta nada más para que yo le respondiera que era subnormal.
Pero da igual. Ya me había reducido a un culo. Y no era tanto la palabra, como el tono o no sé, la forma de decirlo. Pero me hizo sentir realmente incómoda. Sí, vale, le respondí, pero eso no arreglaba lo anterior. Ya he escrito varios posts y empiezo a sentir que soy repetitiva con el tema de que cada vez que salgo de paseo me toca aguantar a algún cavernícola, pero después de ver el vídeo vuelvo a pensar que la repetitiva no soy yo, sino la situación.

Es desesperante que TODOS los días tengamos que aguantar situaciones así. TODOS LOS DÍAS. Cuando no es el "culo" de turno, es el "guapa", o el "chisst chist" como si estuviera llamando al gato/perro. O la ordinariez que en ese momento se le ocurra (que siendo sincera, no son demasiado variadas).

Esa misma tarde, se lo conté a mi novio. Su primera reacción fue preguntarme si no le había soltado una hostia (parece ser que tengo una imagen de persona agresiva más generalizada de lo que pensaba...), y oye, lo pensé, pero como ya he dicho iba en bici y me había pasado de largo más que unos pocos metros como para alcanzarlo. Pero después, me dio la impresión de que me hacía ver que lo estaba valorando en exceso. Dándole más importancia de la que tenía. Me medio molesté, aunque lo "entendí". ¿Cuántas veces ellos, los tíos, han aguantado a grupitos de mujeres haciéndole comentarios sobre su forma de vestir/andar? Las mujeres aguantamos esas cosas desde los doce años, más o menos. ¿Cuántas veces los padres le han dicho a un chico que no vuelva muy tarde y solo por si "le pasa algo"? ¿Lo que le puede pasar a un chico que vuelve solo y tarde a casa es que le violen? Porque la amenaza implícita de tus padres es esa. Consciente o inconscientemente. Si vuelves sola a casa tarde, te pueden violar. ¿Cuántas veces un tío ha cambiado de dirección o de acera para no pasar por delante de un grupo de mujeres y así ahorrarse miradas y comentarios sobre las muchas cosas que le harían y lo bien que se lo podían pasar todos juntos? Creo que no conozco a ninguna mujer, A NINGUNA, que no haya cambiado al menos una vez de camino para ahorrarse esta situación.

Y sí, vale, ninguno nos ha puesto la mano encima, pero eso no significa que no resulte desagradable, o humillante, o denigrante. Quiero pensar que el día que alguno intente algo más que un comentario va a volver a su casa con un par de dientes menos, pero tampoco puedo asegurarlo. El primer precedente de algo así que se me ocurre fue cuando aún iba al instituto, en segundo de eso o primero... Con 13 años, para que os hagáis una idea. El típico repetidor chulito de clase me cogió el culo un día que iba bajando las escaleras y tal y como noté el contacto me di la vuelta y le giré la cara del guantazo. Pero eso fue en un "ambiente controlado", no sabemos qué pasaría en la calle. El miedo nos hace actuar de forma extraña.

En fin, esto solo es un post más sobre algo que hoy no me veo con fuerzas ni ganas ni posibilidades de cambiar. Os dejo el vídeo, para el que tenga tiempo y ganas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario