viernes, 19 de diciembre de 2014

El verdugo-rdo de Platero



150 kilos de oronda salud. 38 años y 150 kilos. En la otra esquina del ring, un burro de cuatro meses de edad. Repito, CUATRO MESES. Ya habréis escuchado la noticia en todas partes (es lo que tiene escribir los posts y dejarlos en borradores unos días/semanas/meses... De hecho, el día que salga el de Cataluña y su independencia... ), y es bastante simple. Un desgraciado de 150 kilos se le antoja subirse a un burrito recién nacido para hacerse una foto. Salta la valla del establo (a los que los caraduras del ayuntamiento llaman "perímetro de seguridad"), aparta al otro burro a patadas y se monta en el burro. Eso fue el sábado. El domingo por la tarde muere el burro con hematomas en la zona dorsal y lumbar y líquido edematoso libre en cavidades torácica y abdominal. La traducción para los que no somos de medicina/veterinaria es que murió aplastado.

¿Y qué ha pasado con el gordo? (Ahora que me vengan indignados los señores "con sobrepeso" diciendo que gordo es un insulto y blablabla... en este caso, solo hay una definición para este despreciable: PUTO GORDO). Pues al caballero de hidalga figura lo han dejado en libertad con cargos. Claro, al fin y al cabo solo ha matado por aplastamiento a un bebé de cuatro meses. Casi ná.

El problema es que ese bebé es un burro. Y el asesino una persona. Si llega a ser al revés, y es un animal adulto el que mata por aplastamiento a un bebé humano, ese animal es sacrificado. Sin miramientos. Sin juicios ni chorradas. Matas a un ser humano y no eres un ser humano, mueres. Matas a cualquier otro ser, y eres un ser humano, y aquí no ha pasado nada. Es lo que tiene que nos creamos el puñetero centro del universo y supongamos que estamos por encima de todas las demás especies. Así que, ¿por qué no experimentar con esos seres inferiores como son los animales? ¿Por qué no permitir su tortura y disfrutar con ella? ¿Por qué no exhibirlos como mercancía? ¿Por qué no valorarlos muy por debajo de cualquier ser humano?  Evolucionar a veces es involucionar.


Más de una vez me han preguntado que qué haría si tuviera que elegir entre la vida de mi perro y la de otra persona, y yo siempre respondo lo mismo: intenta no ser tú la otra persona, por tu propio bien. A lo que siempre siguen los mismos argumentos: ¿Cómo puedes valorar más un perro que una persona? Pues precisamente por eso. Porque no es una persona y su especie no es la culpable del aniquilamiento hasta la extinción de otras. Porque no disfruta con el sufrimiento ajeno. Porque no mata otros animales para "hacerse la foto". Y porque creo fervientemente que, por mucho que los humanos nos creamos superiores, no tengo más derecho a vivir que cualquier otro animal. En caso de enfrentamiento (que lo dudo) intentaría sobrevivir, por supuesto (y por supuesto que casi seguro que no lo conseguiría en igualdad de condiciones). Pero eso no significa que crea que lo merezca más que ellos.

Luego está el tema de "oh, has dicho gordo, estás fomentando una conducta agresiva hacia las personas con problemas de peso". Noup, agresiva no. Agresivo el de los 150 kilos. Yo solo estoy llamando las cosas por su nombre. Sobrepeso es gordo. Punto. Si estás canijo, eres canijo, si estás gordo, eres gordo. No hay más vueltas. Otra cosa es el tono con que se diga, como antes, "el puto gordo" iba con todo mi desprecio, pero en general, decir que alguien está gordo es describir su físico. "Es que los gordos se sienten ofendidos". Esto me hace mucha gracia. Toda mi vida he recibido el calificativo de "baja", "pequeña" y similares. ¿Tendría sentido que me ofendiera por no recibir el apelativo de "persona de estatura limitada"? Cuando era una enana, éramos dos Lauras en clase, yo era "Laura la canija". ¿Me puedo ofender por no llamarme Laura la de poco peso? Es curioso que lo veamos absurdo cuando se trata así, pero, oye, no le digas gordo a un gordo. Que hay que aceptarse a uno mismo, sí, que hay que tener autoestima, también, que en cuestión de gustos hay de todo, por supuesto. Pero que hay que tener dos ojos y reconocer la realidad, también.

En fin, que si alguien se cruza con el gordo que mató al burrito que le dé hostias de mi parte hasta partirle la columna, por favor.

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