Ahora llega nuestro "excelentísimo" alcalde, Don Francisco de la Torre, y demuestra el encefalograma plano que lo caracteriza desde hace años (a pesar de que la ciudadanía malacitana se empeña en ignorar elección tras elección). Os dejo tres de sus frases referidas al caso (porque si me pongo a buscar meteduras de pata del señor alcalde apaga y tira) y ya elegís vosotros la que más os guste:
1) "Hay más de mil violaciones al año en España"
2) "No se puede poner un policía detrás de cada ciudadano"
3) "La efectividad de los policías que están trabajando en la Feria ha sido absoluta"
A ver, a ver... Parece ser que para el señor alcalde que algo ocurra muchas veces suaviza la situación. Que alguien le parta la cara de un puñetazo, por favor, porque ya que los puñetazos son muuuuuchos a lo largo del año en España no debería importarle. Normalizar una violación es un ERROR DESCOMUNAL, y más saliendo de la boca de alguien al que se le presupone cierta autoridad moral (aunque cada vez es más complicado asociar moralidad con política). Cualquiera que sea tu angustia, no serás el primero que la sufre en el mundo, pero ve a decirle eso a la muchacha que salía de trabajar y se encontró con cinco salvajes que se creían con derecho sobre su cuerpo.
"No se puede poner un policía detrás de cada ciudadano", ni es posible ni el ciudadano quiere al pitufo pegado a su culo todo el día. Pero es responsabilidad del organismo público al que todos, incluyendo la chica violada, pagan impuestos con la esperanza de que ese dinero se invierta en su seguridad, entre otras cosas. Y ya la última perla... Colega, ¡no puedes alabar la eficacia de los cuerpos de seguridad cuando acaban de violar a una chica en tus puñeteras narices! Puedes decir que AL MENOS, la policía actuó rápido y los detuvo, teniendo presente que eso no es ningún tipo de consuelo, sino su puñetera obligación, pero no puedes decir que han tenido una "efectividad absoluta".
Pero claro, qué vas a esperar de un cuerpo de seguridad cuyo representantes equiparan a víctimas y agresores.
¿HOLA? ¿De verdad es una preocupación que los trogloditas van a tener la vida marcada? Vida marcada sería si después de la violación se les cortara el puñetero trozo de carne colgante que tienen entre las piernas, y aún así, sería vida marcada merecidamente. Sin embargo, vuelvo a lo mismo, qué vas a esperar de unos representantes policiales gobernados y dirigidos por un Ministerio que proclama en su web oficial que una mujer que no desee ser violadaba debería "retirar su nombre del buzón", "echar las cortinas de casa para evitar miradas indiscretas" o, agárrate que vienen curvas, "evite entrar en el ascensor cuando esté ocupado por un extraño". Muy bien, CON DOS COJONES. Vamos a decirles a las tías que la culpa es de ellas porque claro, indicando que viven solas, dejando las cortinas descorridas o subiéndose con un extraño en el ascensor ¡es que van provocando! Es como si te roban la bicicleta de la terraza y la culpa es tuya, porque los ladrones han asaltado una propiedad privada y se han llevado algo que te pertenece porque tú los has provocado dejando la bicicleta allí.
El problema es de base, generacional. Vivimos en una sociedad en la que todavía hay retrógrados que creen que los hombres están por encima de la mujer, que tienen derecho a decidir sobre su cuerpo. Y ahora alguno saltará con "feminazi, te estás pasando". ¿Ah, sí? ¿No estamos gobernados por falocéntricos que dictan leyes sobre los cuerpos de las mujeres?
¿La solución? Muy a largo plazo. Los futuros padres y madres, que deberán enseñar a sus hijos a respetar a las mujeres más que a sus hijas a no llevar la falda demasiado corta. Mientras tanto, seguir luchando. Por cambiar la mentalidad de los garrulos que nos rodean, por no dejar que nos hagan creer que debemos sentirnos vulnerables por salir a la calle, por no permitir JAMÁS que un hombre crea tener algún derecho sobre ti, y, por supuesto no ser nosotras mismas cómplices de esta situaciones alegando que "algunas lo van buscando" o "ella también debería tener cuidado". No hay peor culpable que el que cree ser inocente.