martes, 13 de mayo de 2014

#BringBackOur ¿Isabel Carrasco?

A mí no me sorprende la muerte a tiros de Isabel Carrasco. Ni me apena. Y sé que me van a llover de todos los colores por decirlo en voz alta. Pero es la verdad.
Me sorprende que no haya sucedido antes, y que no haya sucedido más veces. Me apena que hayamos llegado a una situación tan desesperada que la sociedad sea capaz de plantearse el asesinato como solución. Pero no puedo decir que me apene la muerte de una señora que no conocía ni tenía nada que ver en común con ella. Somos así de hipócritas. Todos tenemos esa doble moral. Y nos guste o no, la necesitamos para vivir con "tranquilidad" nuestras vidas.

Es más, me jode bastante que ahora todos los partidos políticos sí se pongan de acuerdo. Todos muestran sus sentimientos y su indignación por el asesinato de una persona, pero seamos claros, se indignan porque es uno de su casta. ¿O cuántas veces han "parado" sus agendas por la muerte de un carpintero? ¿O la pararon cuando los Mossos y sus detenciones causaron tres muertos? ¿Cuánta gente muere a lo largo del año a causa de asesinos, de sus cónyuges, de sus compañeros? Han tocado a uno de los suyos. Y eso acojona. El sentimiento de
impunidad que tenían, de poder desahuciar, salvar bancos, hundir personas, arruinar familias, robar al mismo Estado que aseguran proteger... Se acabó. Pueden comprar a los jueces (y a los que no pueden comprar, pueden inhabilitarlos). Pueden cubrirse las salvajadas unos a otros. Pero no pueden luchar contra la desesperación de una persona ajena a su sistema.


No me alegro por la muerte de esta señora, por supuesto. Pero tampoco puedo apenarme porque gracias a gente como ella, muchas otras personas se han suicidado desesperadas, algunas se han quemado vivas, por estar en una situación límite causada, en muchísimas ocasiones, por el poder político. O más bien, por la ineficacia e inoperancia de ese poder. Era cuestión de tiempo que alguien llegara a una conclusión. "¿Por qué suicidarme por desesperación si tengo la posibilidad de hacérselo pagar antes a mi verdugo?".

Por eso no me sorprende. Y por eso no pienso apenarme. Mi doble moral me lo impide. Y la doble moral la tenemos todos. Que no me venga ahora nadie con superioridad diciéndome que él/ella no, que él/ella es de unos principios morales indestructibles y que siempre actúa en consecuencia, blablabla...

Y la doble moral es mundial ¿eh? Si no mirad a EEUU. Con un presidente negro, condecorado con el Nobel de la paz, nada más y nada menos. Qué gran país... Un país al que no le tiemblan las manos a la hora de mandar a su ejército a recuperar un barco abordado por piratas. O para liberar a todo un país que está sometido a un dictador. 
Pero que saca cartelitos con un bonito "Bring back our girls" cuando secuestran a más de 250 niñas en Nigeria. Claro está, las niñas no están cubiertas de petróleo, ni portan diamantes o uranio. "En estas niñas, Barack y yo vemos a nuestras hijas". Claro. Nadie duda de que si vuestras hijas fueran secuestradas por unos terroristas nigerianos vuestra máxima acción se limitaría a una campaña en las redes sociales.

Sé que esta entrada no va a gustar. Sé que la conciencia humana elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, conseguimos soportarnos a nosotros mismos. Pero de vez en cuando, toca hacer un poco de auto crítica. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario